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AGENDALO
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HABÍA UNA VEZ.......
Sabado por la noche. Varias personas avanzan por uno de los senderos que, tras la inauguración del Metrobus, permiten caminar a lo largo de algunos tramos de la 9 de Julio. Vértigo de colectivos a derecha e izquierda, vendedores callejeros entre los autos, vozarrón de linyera que habla solo en una de las plazoletas. Monumental, familiar y solemne, el edificio de los ministerios de Salud y Desarrollo Social captura las miradas. A sus pies, apenas visible entre las ráfagas de tránsito, una mujer nos observa. Lleva un ceñido vestido celeste y blanco. Levanta apenas el brazo derecho, extiende el dedo índice y señala, en un movimiento suavemente circular, las pintadas que la última manifestación dejó sobre el asfalto.
La ciudad y sus marcas. Pasado y presente. El urbanismo traducido en arquitectura racionalista de los años 30, sistema de transportes del siglo XXI. Y la intersección de violencias, deseos y vivencias colectivas que nos van haciendo ser lo que somos. De eso se trata Relato situado, una particular experiencia performática que presencié hace unos días y cuyos ecos aún me rondan. Organizada por las artistas del Proyecto Manifestar Historia, los actores de la Compañía de Funciones Patrióticas, y con vestuario de la artista Nora Iniesta, la propuesta se denomina a sí misma "Acción de memoria urbana": propone una caminata nocturna por el centro de la ciudad, enmarcada por dos de sus grandes íconos: el Obelisco y el antiguo Ministerio de Obras Públicas, hoy de Salud. Ambos monumentos, nos recuerdan la artista y el actor que asumen el papel de guías, son emblema de la modernidad arquitectónica de principios del siglo XX; ambos estuvieron a punto de ser demolidos, instalados en medio de una avenida que, desde el vamos, se soñó la "más ancha del mundo". Ambos, por sobre todo, constituyen dos puntos de concentración densa, abigarrada, de sucesos históricos, políticos y sociales
La figura de Eva Perón -mito, historia, murales gigantes en las fachadas Norte y Sur del edificio- impregna buena parte del recorrido. Una actriz recrea el texto del famoso Renunciamiento. Varias cuadras después, la misma actriz irrumpe vociferando el enloquecido, visceral, desgarrador, Eva Perón de Copi.
Un actor asoma como testigo de los bombardeos de 1955; la metralla sobre las antenas radiales y televisivas que estaban en la terraza del Ministerio de Obras Públicas, el continuo fluir de heridos, avenida Belgrano arriba, hasta el Hospital Español.
Los organizadores nos animan a sacar fotos, tomar notas o grabar imágenes de video para, al cierre, exhibir esos registros y contar qué recuerdos personales asomaron durante la caminata. "¿Qué es la historia? -parecen preguntar- ¿Dónde se encuentra con nuestras pequeñas vidas?"
No sé qué responderles. Quizá sea cuestión generacional; tal vez, ausencia de tradición peronista en la familia: lo cierto es que mis recuerdos giran más en torno del Obelisco que del ex Ministerio de Obras Públicas. Aunque nací en el Hospital Español que, ahora me entero, estuvo marcado por la tragedia del 55. Al igual que otro de los participantes, tuve una adolescencia sin teléfono celular, donde el Obelisco era infalible punto de encuentro (y vigía de manifestaciones, recitales sobre la avenida 9 de julio, escapadas a la calle Lavalle cuando esa calle era sinónimo de salas de cine).
Debo ser un neto producto local si, como dice el sociólogo Luis García Fanlo, la melancolía es una de las características de ese raro combo llamado "argentinidad". Melancólica y porteña: amo a esta ciudad. Aun en lo más doloroso de sus heridas, en lo más exasperante de sus contradicciones.
Y sobre todo amo a mi hijo. Estoico, nos acompañó en el recorrido y quiso participar haciendo un dibujo que después no se animó a mostrar en público. Lo tengo ahora sobre mi escritorio. De entre la trama vibrante de carteles, pintadas, afiches políticos y huellas urbanas que fueron registrando los adultos, él dibujó lo que más le llamó la atención. Un árbol. La copa frondosa y las raíces gruesas, imponentes, de un árbol añoso al que yo ni siquiera había prestado atención. Miro el dibujo y me digo que, probablemente, la historia también sea eso: un árbol de raíces entreveradas y profundas; siempre el mismo, pero siempre distinto. Imprevisible en cada nuevo brote.
D. F. I.
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HAY QUE LLEVAR EL ARTE A LA GENTE, LE PERTENECE....
¿Y SI PROBÁRAMOS EN ALGÚN CENTRO COMERCIAL CON UN CUADRO DE MOLINA CAMPOS PROTAGONIZADO POR EL BALLET FOLKLÓRICO NACIONAL?

Molina Campos: La fiesta del 25
HASTA LOS EJEMPLOS "MONÁRQUICOS" PUEDEN SERVIRNOS PARA AFIRMAR NUESTRA IDENTIDAD
La cuestión es llenarlos de contenido nuestro. El actual edificio donde funciona Radio Nacional, cabecera de la red nacional y con estudios donde se generan sus emisiones en AM, FM y RAE (onda corta al exterior) fue construído especialmente para radio en los años treinta del siglo pasado por la inglesa Editorial Haynes. Es una reproducción en pequeño de la BBC de Londres y hoy continúa siendo el único edificio de varios pisos concebido exclusivamente para radio y que funciona como tal en Buenos Aires.
Lo expresado es sólo un ejemplo de que vale la pena tener en cuenta experiencias ajenas, aún cuando no coincidamos con los sistemas políticos y las culturas de los países de donde vengan.
UN EXCELENTE EJEMPLO
El Museo Rijksmuseum de Holanda tuvo una idea: "Llevemos el arte a la gente y entonces, probablemente, vendrán a ver más arte en el museo".
Eligieron un cuadro de Rembrandt de 1642, "Ronda de noche", y dieron vida a sus personajes, los colocaron en un concurrido centro comercial... y el resto lo puedes ver vos mismo .

Molina Campos: Escuela crioya
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¿TE ACORDÁS, HERMANO?....
Una de cowboys, pero hecha en casa
Filmada en San Luis bajo condiciones extremas, la película de Emilio Vieyra llegó a los cines en 1975 y sigue siendo de culto para los “pibes” argentinos de entre 40 y 50 años. La reciente muerte de Berugo Carámbula, recordado por su papel de héroe sin diálogos, motivó este homenaje. Conversamos con Yoly Rosso, la hija del guionista.

Dos años antes de la irrupción de Luke Skywalker y Han Solo en "Star Wars", los pibes argentinos admirábamos a unos pistoleros uruguayos que no pronunciaban palabra.


Yoly Rosso es la hija del guionista de "Los Irrompibles", Antonio Rosso. Su padre era muy amigo de Ricardo Espalter y Enrique Almada, a quienes ella adoptó como "tíos".
La muerte del músico y comediante uruguayo Berugo Carámbula el pasado 14 de noviembre -dos semanas después de cumplir 70 años, como consecuencia de la enfermedad de Parkinson- inundó de tributos las redes sociales. En nuestro caso, elegimos recordarlo por su papel en Los Irrompibles, película de Emilio Vieyra estrenada durante las vacaciones de invierno de 1975. Dos años antes de la irrupción de Luke Skywalker y Han Solo en Star Wars, los pibes argentinos admirábamos a cuatro pistoleros uruguayos que aparecían en escena cuando nuestros héroes -Harry El Caliente y Billy El Frío- se veían amenazados por los malos de turno.
Esa sola mención produjo, cuatro décadas más tarde, un aluvión de comentarios nostálgicos. Aquel western argentino, uno de los poquísimos de la filmografía nacional, desbordaba de humor y escenas de acción y contaba con un elenco tan extraordinario como entrañable:Jorge Martínez. Ricardo Espalter, Graciela Alfano, Roberto Escalada, Rolando Dumas,Santiago Gómez Cou y Betiana Blum. Una mención especial le dedicamos a Enrique Almada, Eduardo D’Angelo, Andrés Redondo y Berugo Carámbula, los fantasmales jinetes; literalmente se morfaron la película sin una línea de diálogo.
“Los Irrompibles, mucho más que los cuatro fantásticos”, escribió Fernando Rial. “Peliculón, rarísima”, definió El Niño Rodríguez, un conocido dibujante. BB Sanzo, el famoso locutor, compartió el estribillo de la canción y definió a la película como churrasco western o pamplona western, platos típicos de Argentina y Uruguay respectivamente, haciendo una analogía con losspaguetti westerns italianos. Nuestro tuit tuvo numerosos retuits y fue marcado como favorito por muchos seguidores del tópico. Entre ellos Inés “Yoly” Rosso, hija de Antonio Rosso, guionista de Los Irrompibles, quien administra una cuenta de Twitter y otra de Facebook dedicadas exclusivamente al homenaje de este film de culto. Su proyecto es hacer una remake, con Diego Peretti y Sebastián Almada ya confirmados.
-¿Qué recuerdos tenés de esta película, teniendo en cuenta que la escribió tu papá?
-Cuando se estrenó la película yo tenía once años. Como hija del autor te puedo comentar dos anécdotas. Una tarde fuimos con mi mamá a buscar a mi padre a las oficinas de Emilio Vieyra, director de la película. Allí conocimos a todo el elenco. Mi papá se hizo muy amigo de todos, pero especialmente de Ricardo Espalter y Enrique Almada, a quienes yo llamaba “tíos” por la afinidad familiar que establecieron. ¡Hasta vinieron a un cumpleaños mío! Con ellos, en 1980, mi papa filmó la película Toto Paniagua. Otra cosa que recuerdo es que tras el estreno fuimos en un ómnibus escolar, con todas mis compañeras del Colegio Sagrado Corazón de San Martín, hasta el cine Monumental, en la calle Lavalle. Fue una experiencia divertida e inolvidable.
-¿Viviste de cerca el rodaje?
-La película se rodó en San Luis con unas condiciones malas en cuanto al clima. No suele llover mucho, pero no tuvieron suerte y la filmación tuvo que ser suspendida muchas veces. Se encontraban en un pueblo llamado La Carolina, sin demasiadas comodidades para los artistas ni el resto del equipo, así que fue una verdadera odisea. Fue una “patriada”: filmaron a fuerza de obstinación, coraje, voluntad y buen humor, que creo que la película transmite. Las únicas escenas filmadas en Buenos Aires fueron las de la cantina, que se hicieron en Ramos Mejía y de las que fui testigo.
Una película que “la rompió”
Los Irrompibles se estrenó el 17 de julio de 1975 en el Cine Monumental, un clásico de todos los estrenos de la época, con gran éxito de crítica y público. Durante muchos años fue la película más taquillera que pasó por ese cine. “No conozco persona de 40 años para arriba que no me comente ¡yo la vi de chico! Eso explica hasta el día de hoy el cariño que conservan por ella”, reflexiona Yoly.
-Uno de los méritos más grandes de la película es su contagioso optimismo. Algo parecido a lo que transmite Tiempo de valientes, de Damián Szifrón. Es la clase de películas que te hacen salir del cine tarareando su melodía...
-Sí, incluso me impresiona como todos recuerdan su canción, cuya letra escribió mi papá. El magnífico y pegadizo tema es del genial Luis María Serra, autor de la música de La Mary,Juan Moreira y la cortina del programa de Mirtha Legrand. Es una película única en su género en la Argentina. Ahora que estoy con el proyecto de hacer la remake me doy cuenta por qué: no es barato hacer este tipo de películas.
-¿Qué lugar ocupaba en la carrera de tu papá esta obra? ¿Te hablaba con frecuencia de su importancia, te contaba anécdotas de la filmación?
-En la carrera de mi papá fue un lindo trabajo. El escribió durante años para historietas de Editorial Columba: El comisario Macaya, Los años sin ley y tantísimas otras, que firmaba con su nombre y diferentes seudónimos. Escribió otras películas, pero Los Irrompibles fue su preferida. Me contó innumerables anécdotas de filmación. Sin ir más lejos, él tuvo que actuar ya que algunos extras no llegaban por los problemas climáticos. Hace un sketch nada menos que con Santiago Gómez Cou: él es el gordito que fuma habanos y se los tiran al suelo. Otro problema que tenían, como comenté antes, es el de las comodidades: las condiciones en las que se encontraban por estar casi aislados por la tormenta eran muy precarias y Graciela Alfano, que era muy jovencita, lloraba y pedía por favor un “inodorin de plástico”.
-¿Por qué creés que tanta gente de nuestra generación se conecta emocionalmente conLos Irrompibles?
-La conexión con la película es afectiva. Encontraron en la pantalla un western protagonizado con humor por actores nuestros, que proponían al anti-héroe y algo que nunca se había visto: “ángeles guardianes” que los cuidaban de sus torpezas. La gestualidad de los uruguayos Enrique Almada, Eduardo D'Angelo, Berugo Carámbula y Andrés Redondo inspiraron los gags que mi papá escribió para ellos. No eran el estereotipo de todo ángel, ya que en vez de alas tenían pilotos blancos, no hablaban y aparecían y desaparecían según si los protoganistas los necesitaban.
-Hablás de una remake de la película, ¿en qué instancia se encuentra el proyecto?
-El proyecto de la remake se encuentra adelantado en cuanto a la adaptación del libro y la voluntad de todos los actores que quieren actuar en ella. El problema es que hay que esperar que se defina el futuro político del país para que los inversores se animen a arriesgar lo que se necesita, ya que es una película muy cara. Mientras tanto, administro las cuentas de Facebook y Twitter que recuerdan la película de 1975.
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DE GULAS, PESEBRES Y LUNFARDOS
Acerca de la gula
La gula, uno de los siete pecados capitales, es la que nos lleva a conjugar verbos comoyantar, lastrar, manducar y morfar. Si el hambre es característica que nos iguala a los animales, el apetito o placer de la mesa es atributo que distingue a la especie humana. Pero una cosa es disfrutar de una buena comida sabiendo que quien come para vivir, se alimenta, y otra muy distinta es ser un tragaldabas que no sabe que quien vive para comer, revienta.
La vulgar cocina, es la que busca hallar un modo grato de satisfacer el hambre; la refinada mesa es la que consigue excitar primero y satisfacer después el apetito; en cambio la comilona, lo pantagruélico, el morfar como un descosido, el atracón por el atracón mismo, es un “pecado” que más tiene que ver con la patología que con la teología moral. Ahora, veamos lo que nos dice en la cantata sobre Los 7 Pecados Capitales:
La canción de la gula
El placer de la mesa no me tienta.
No distingo lo mersa de lo fino.
El placer de comer es lo que cuenta;
lo demás no me importa ni un pepino.
No me hablen de un plato decorado
con un toque esmeralda al perejil,
de la perla de un ojo de pescado,
ni del rojo sangriento del roast-beef.
Sólo el solemne aceite, como excepción,
se desliza compadre
desde de mi boca al bagre,
yendo por el atajo del corazón.
Comer...
Yantar...
Lastrar...
Morfar...
Sólo comiendo olvido mis males,
sin pensar en los días
con sus porfías,
en que habrán de ser otros los comensales.
Coro
El que come y no convida
tiene un sapo en la barriga
El término praesépim (prae = adelante y saepes = recinto) indica un establo o, más exactamente, un pesebre: el Pesebre de la gruta de Belén donde, según la tradición evangélica, nació Jesús. Con el tiempo, el significado de esa palabra se extendió también a la representación que se efectúa en las iglesias y que recuerda simbólicamente el Nacimiento.
Aunque una crónica, por cierto vaga e incierta, afirma que el primer Pesebre se construyó en Nápoles en el año 1025, en la capilla de Santa María y se atribuye a San Francisco de Asís -nacido también en un establo- la piadosa costumbre de reproducir, para Navidad, la escena del místico acontecimiento.
De lo que no cabe duda es que la representación plástica de la escena del nacimiento de Jesús es de origen italiano y de que en todos los grandes museos del mundo existen lienzos famosos de los mayores artistas de todas las épocas, que se han inspirado en él.
Y aquí ya me parece estar escuchándolo a Rafael Jijena Sánchez leyéndonos, de susFlorecillas para el Niño Dios, esta copla:
Acerca de temas bíblicos en versos lunfardos
Aunque una crónica, por cierto vaga e incierta, afirma que el primer Pesebre se construyó en Nápoles en el año 1025, en la capilla de Santa María y se atribuye a San Francisco de Asís -nacido también en un establo- la piadosa costumbre de reproducir, para Navidad, la escena del místico acontecimiento.
De lo que no cabe duda es que la representación plástica de la escena del nacimiento de Jesús es de origen italiano y de que en todos los grandes museos del mundo existen lienzos famosos de los mayores artistas de todas las épocas, que se han inspirado en él.
Y aquí ya me parece estar escuchándolo a Rafael Jijena Sánchez leyéndonos, de susFlorecillas para el Niño Dios, esta copla:
Achalay mi Niño,
achalay mi Dios,
a la media noche
ha salido el sol.
Acerca de temas bíblicos en versos lunfardos
Enrique Otero Pizarro fue abogado, juez, educador, ministro y, por si todo esto fuese poco, pintor, poeta y boxeador. Su obra literaria no es abundante. Escribió cuentos, teatro y poesía. En Buenos Aires, en 1967, se estrenó su drama El proceso de Don Juan.
Enrique Otero Pizarro, que había nacido en Córdoba en 1915, fue un hábil sonetista, como lo demostró, por ejemplo, al parafrasear a Lope de Vega o al abordar temas tan especialmente delicados y hondos como el de ciertos pasajes bíblicos que se refieren a Jesucristo, cuya desacralización no resulta en modo alguno irreverente aunque sí grotesca por la conjunción de gracia y patetismo que alcanza.
Acostumbraba a firmar sus sonetos, que quedaron inéditos, con el seudónimo de Lope de Boedo. Y hoy quiero recordar éste:
Dos ladrones
Hay tres cruces y tres crucificados.
En la más alta, al diome, el Nazareno.
En la de un güin lloraba el grata bueno
mangándole el perdón de sus pecados.
Escracho torvo, dientes apretados,
mascaba el otro lunfa el duro freno
del odio y gargajeaba su veneno
con el estrilo de los rejugados.
¿No sos hijo de Dios? ¡Dale salvate!
¿Sos el rey de los moishes? ¡Descolgate!
¿Por qué no te bajás? ¡Andá, che, guiso!...
Jesús ni se mosqueó. Minga de bola...
Y le dijo al buen chorro: estate piola,
que hoy zarparás conmigo al Paraíso.
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CANCIÓN SEÑOR PRESIDENTE DE LUIS AGUILÉ
Yo soy un ciudadano, común y corriente, sólo tengo un voto,
Que usted me ha pedido, como a tanta gente, a la que ha convencido.
Y yo se lo he otorgado, esperando confiado, a que llegue ese día,
En que vea cumplido, al pie de la letra, lo que ha prometido.
Sé muy bien que no es fácil, gobernar todo un pueblo, sin tener problemas,
Repartir la riqueza, llevándole a todos, el pan a sus mesas.
Y vamos a esperar, que usted pueda lograr, sin hacer excepciones,
Que a la cárcel irán, los que deben pagar, todas sus corrupciones.
Que se imponga la Ley, no queremos perder nuestra forma de ser.
Somos gente de paz, que no tenga ocasión, de ganar el ladrón.
Porque usted nos juró……….. ¡Proteger la Nación!
Me han venido a encuestar, porque quieren saber, qué esperamos de usted.
Que la inSeguridad, con la que hay que acabar, sea una prioridad.
No sigamos igual, esto va para mal, hay que entrar en razón,
Esto debe cambiar, venga usted a gobernar, con firmeza y acción.
Usted irá protegido, entre luces y motos, por la policía,
Y nosotros estamos, expuestos al crimen, de noche y de día.
No se puede salir, no se puede vivir, de una forma decente,
Ya no somos nación. Ahora somos el Reino de los Delincuentes.
Que se imponga la Ley, no queremos perder nuestra forma de ser.
Somos gente de paz, que no tenga ocasión, de ganar el ladrón.
Porque usted nos juró……….. ¡Proteger la Nación!
Cuando llegue a mandar, no sólo ha de ayudar, a los de su partido,
No se quiera quedar, para toda la vida, como un elegido;
No se deje llevar, por esa tentación, de cambiar la Nación;
Y arreglar a su hechura, y a su conveniencia, la Constitución.
Y ahora sólo le pido, que mi humilde voto, no caiga en su olvido;
Cuando asuma el poder, tiene a mano la gloria, y entrar en la historia.
No nos mienta jamás, no use la demagogia, engañando a la gente.
Cumpla usted con honor, va con todo respeto, Señor presidente.
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VISITÁ EL BAROLO Y BAILATE UN TANGUITO

Cada vez que miro Buenos Aires desde el cielo la encuentro más linda, más extendida, tan mía… y hasta más ordenada! De noche parece una torta de cumpleaños en la oscuridad, con sus miles de luces titilando como velitas encendidas que no se apagan así nomás. Hace unos días hice un pequeño recorrido nocturno por varias alturas de la ciudad, buscando leyendas y vistas panorámicas que permitan apreciar sus profundos contrastes, y tuve la suerte de visitar el Palacio Barolo en la hora justa, un esplendoroso atardecer primaveral, después de la lluvia.
Emblema de la Avenida de Mayo, arteria que reúne en su extensión las construcciones más representativas del eclecticismo porteño, heredado de las corrientes migratorias, este ciclópeo edificio de principios de siglo XX alberga algunas cuántas curiosidades, en principio tiene un hermano gemelo en Montevideo (el Palacio Salvo) y recrea en su interior la Divina Comedia. Fue pensado para oficinas exclusivamente. Perteneció al empresario italiano Luigi Barolo, un fan de esta obra de Dante Alighieri, que el arquitecto Mario Palanti recreó a partir de pasajes literarios en los 22 pisos que culminan en el espléndido faro, restaurado hace unos años. Mezcla de neorromántico y neogótico, la cúpula replica algunas construcciones indias de la región de Bhubaneshwar, y representa la unión tántrica entre Dante y Beatrice, los protagonistas de la obra. Qué emoción estar ahí arriba. Amo esta ciudad, nunca soy del todo objetiva cuando hablo de ella!
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Desde el 2004 el Palacio Barolo organiza tours que te llevan por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso para terminar a cien metros de altura, asomados al balcón urbano más alto de todos. Te van contando algo de la historia de la construcción mientras se ascienden los últimos seis pisos por escalera (hay que estar en estado, no sufrir de vértigo, y diria que los gorditos antes suban a la cinta o bajen unos kilos porque los pasillos de las escaleras miden menos de medio metro de ancho) donde el visitante podrá apreciar una vista impresionante.
A cualquier hora es sorpendente, aunque creo que en verano es mejor al atardecer dado el tremendo calor, además de noche se enciende el faro y un haz de luz poderoso va alumbrado por mojones la ciudad.
Al final del paseo sirven una copa de vino, hay violines y clases de tango los miércoles, si es que te dan las piernas. La clase está buena, hay que ir en pareja y anotarse primero porque el lugar es chico, como todas las oficinas del edificio (tienen 16 m2) Hace unos años hubo en la planta baja una linda milonga que duró pocos meses, una lástima porque la ubicación, el salón y el ambiente era perfecto. Que vuelva!
Por clases personalizadas o niveles avanzados escribir a info@palaciobarolotours.com o por el (011)4381-1885.
Emblema de la Avenida de Mayo, arteria que reúne en su extensión las construcciones más representativas del eclecticismo porteño, heredado de las corrientes migratorias, este ciclópeo edificio de principios de siglo XX alberga algunas cuántas curiosidades, en principio tiene un hermano gemelo en Montevideo (el Palacio Salvo) y recrea en su interior la Divina Comedia. Fue pensado para oficinas exclusivamente. Perteneció al empresario italiano Luigi Barolo, un fan de esta obra de Dante Alighieri, que el arquitecto Mario Palanti recreó a partir de pasajes literarios en los 22 pisos que culminan en el espléndido faro, restaurado hace unos años. Mezcla de neorromántico y neogótico, la cúpula replica algunas construcciones indias de la región de Bhubaneshwar, y representa la unión tántrica entre Dante y Beatrice, los protagonistas de la obra. Qué emoción estar ahí arriba. Amo esta ciudad, nunca soy del todo objetiva cuando hablo de ella!

Desde el 2004 el Palacio Barolo organiza tours que te llevan por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso para terminar a cien metros de altura, asomados al balcón urbano más alto de todos. Te van contando algo de la historia de la construcción mientras se ascienden los últimos seis pisos por escalera (hay que estar en estado, no sufrir de vértigo, y diria que los gorditos antes suban a la cinta o bajen unos kilos porque los pasillos de las escaleras miden menos de medio metro de ancho) donde el visitante podrá apreciar una vista impresionante.
A cualquier hora es sorpendente, aunque creo que en verano es mejor al atardecer dado el tremendo calor, además de noche se enciende el faro y un haz de luz poderoso va alumbrado por mojones la ciudad.
Al final del paseo sirven una copa de vino, hay violines y clases de tango los miércoles, si es que te dan las piernas. La clase está buena, hay que ir en pareja y anotarse primero porque el lugar es chico, como todas las oficinas del edificio (tienen 16 m2) Hace unos años hubo en la planta baja una linda milonga que duró pocos meses, una lástima porque la ubicación, el salón y el ambiente era perfecto. Que vuelva!
Por clases personalizadas o niveles avanzados escribir a info@palaciobarolotours.com o por el (011)4381-1885.
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ECONOMÍA; CADA VEZ MÁS INTERPRETACIONES
Una palabra bastante confusa a mi gusto, de las recientemente incorporadas al lenguaje nacional, es “kirchnerismo”. Digo confusa, porque lo que se llama la década (que en realidad duro doce años) kirchnerista, tuvo dos etapas bien distintas.
Como en muchas circunstancias, la mayoría de mis compatriotas estará en desacuerdo. Una buena proporción piensa que hoy estamos cerca del apocalipsis. Que el 9 de Julio del próximo año (y que gran 9 de Julio debería ser...) se usarán escarapelas donde el celeste se reemplazará por el azul y se les agregará el rojo, bien yanqui, porque como el dilema era Patria o Macri, y gano Macri, se murió la Patria.
Otra buena proporción compara los últimos 12 años de nuestro país con la Venezuela de Chávez, o con una dictadura. Era sorprendente leer o escuchar a tanta gente decir que en estas elecciones había ganado la democracia. La democracia la recuperamos en el 83 y está vivita y coleando. Al que la amnesia lo haya conquistado le recuerdo un número, 54%. Si no hubiera habido democracia, no habría habido cambio de gobierno.

Esas dos visiones meten a estos últimos doce años en el mismo paquete. Pero hubo dos épocas bien diferenciadas, con una K y una k. N. Kirchner y a. kicillof. Uno vino justo después del abrupto fallecimiento del otro. Y los dos hicieron historia. La historia que escribió el primero tiene capítulos que no me gustaron. Pero en todas las historias hay cosas que gustan y otras que no..., perdón, me acabo de dar cuenta que no es cierto, porque en la historia del segundo no me gustó ninguna.
Optando por la simpleza del argumento voy a relatar la historia mirando una sola variable. Hoy voy a elegir las reservas del Banco Central. Su evolución, según la página del propio Banco antes del cambio de autoridades, está en la Figura 1.
Figura 1

Los dos fueron ministros de economía. El primero, durante un tiempo, de él mismo. Como prólogo de mi discusión sobre K y k, va la historia de 1990 al 2003. Es una manera de ver que, así como la temperatura refleja la salud del cuerpo, las reservas reflejan la salud de la economía. Con la convertibilidad, baja la inflación casi de golpe y la economía crece hasta 1998, con la excepción de la crisis del 95. Así lo reflejan las reservas. En 1998 comienza una recesión y las reservas se estancan, hasta la brutal crisis del 2001 y 2002. Cuando asume Kirchner como presidente, había poco más de 11 mil millones de dólares. Cuando fallece, en octubre del 2010, suben casi ininterrumpidamente a casi 52 mil, con una pequeña caída que refleja el pago al FMI.

No es fácil asimilar exactamente, debajo de la piel, qué significan exactamente esos números. Para ello, les voy a contar la historia de Julián, que es de carne y hueso, tiene 28 años, su mujer está embarazada de su primer bebe y no se llama Julián. Él es el primero de dos hijos de un matrimonio exitoso, pero que no la tuvo nada fácil, donde papá y mamá trabajaron mucho toda la vida y consiguieron que sus hijos terminen la escuela secundaria. Julián trabaja desde hace años en el mismo lugar, todos los días de la semana y sábados medio día. Hace tiempo venia alquilando una casita. Si viviera en España, con su trabajo podría pedir un crédito a 30 años, a una tasa del 2% anual por los primeros 10 años (si, 2% anual!!) y un tasa equivalente a la que fija el Banco Central Europeo más un 1% por los 20 años siguientes. Vive en Argentina, no hay crédito, pero hay familia. Y entre sus familiares lo ayudaron y le dieron un préstamo para que cumpla el sueño del techo propio, a una cuadra de la casa de sus padres. Diez de frente por más de treinta de fondo de terreno. La casa está muy viejita y Julián y su familia la va a tener que ir arreglando de a poco. Van a estar todos amontonados en casa de mamá y papá mientras la ponen bien. Pero lo va a poder hacer, con esfuerzo.
El sueño de Julián costó unos 20 mil dólares. O sea que mil millones de dólares son equivalentes al sueño de 50.000 Julianes.
Cuando asume el segundo k, había más de 46 mil millones en el Banco Central. Ahora se fue, y nos deja menos de 26 mil millones. Esos 20 mil millones que ya no están, alcanzaban para cumplirle el sueño de la casa propia a 2 millones de Julianes. Dos millones de Julianes. Dos millones de argentinos.
POR JUAN PABLO NICOLINI
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NAVIDADES FELICES PARA LOS CHICOS
Las fantasías navideñas suben a escena. La historia del generoso obispo San Nicolás de Bari, que, según la leyenda, repartía regalos entre los chicos pobres en Turquía hace unos mil años, tuvo las más diversas derivaciones. Desde su radicación cerca del Ártico, que se disputan finlandeses y groenlandeses, pasando por el cuento El cascanueces y el rey de los ratones, del alemán E.T.A. Hoffmann, que llevaron Chaikovsky y Petipa al repertorio de la danza clásica, hasta la popularización de su vestimenta roja y blanca a partir de la célebre publicidad de Coca-Cola en los años 30.
Año a año, todas ellas encuentran su espacio, también en nuestra ciudad, a pesar del calor que conspira contra trajes abrigados y trineos tirados por renos. Siguiendo la antigua tradición de Harrods, hay al menos un Papá Noel por centro comercial sentado en su gran sillón para sacarse fotos y recibir cartas con deseos.
Con algo más de vuelo, los bailarines del Ballet Estable del Teatro Colón le dan vida a la aventura nocturna de El Cascanueces, en la versión coreográfica de Maximiliano Guerra, con la dirección musical de Emmanuel Siffert, al frente de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Una gran oportunidad para llevar a los chicos al Colón, que, según se anuncia, pronto abrirá sus puertas con mayor frecuencia al público infantil.
Por otra parte, un espectáculo de gran despliegue se anuncia en el Teatro Premier: Un show mágico en Navidad. Una niña sale en busca de Santa Claus en persona. Y lo encuentra: a falta de trineo, baja desde las alturas en una hamaca, rodeado de soldaditos que también remiten al Cascanueces. Sobre el final, Santa Claus bajará a la platea para recoger las cartas con deseos de los chicos. Con 40 actores y bailarines en escena, luces y vestuario que buscan el impacto visual y un gran árbol de Navidad, el show está montado sobre una idea traída de Miami por el director Diego Bonelli, que se destacara tanto como cantante como en su rol de director artístico del Circo Rodas.
Humor y arte, también
Y un programa ya establecida del repertorio navideño son los espectáculos en Alparamis, que suelen sumar a un toque de humor a la tradición. Allí se representan dos obras breves: Santi Claus, sobre la historia de Santiago Claros, un hombre de negocios demasiado ocupado como para darle tiempo a su familia, hasta que aparece un duende navideño con un encargo muy especial, y Cuentos de Navidad, acerca de una niña que, mientras espera la llegada de Papá Noel, escucha la historia de cuando su abuela se olvidó de enviarle la carta. Los viernes también esperarán con conciertos corales. Además, todos los días espera un árbol de los deseos.
Menos atada a las convenciones tradicionales, Marta Minujín diseñó su propio Árbol de los deseos, armado al aire libre sobre la calle Florida con coloridos inflables de grandes dimensiones y un buzón muy rojo que invita a depositar cartas o dibujos con los anhelos y metas para el año que se inicia. Entre todos los que hayan depositado mensajes, se sorteará un dibujo original de la artista, convertida así en una Santa Claus contemporánea, mensajera de la alegría del arte.
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CORREO PRIVADO
Pasö ya un tiempo cuando les hice una reseña sobre ProtonMail , un servicio de correo electrónico nacido del Consejo Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN, por sus antiguas siglas en francés), cuya meta es ofrecer comunicaciones cifradas punto a punto. Es decir, un correo completamente privado. La iniciativa nació luego de las revelaciones de Edward Snowden (que usó un servicio de este tipo para comunicarse con los periodistas, el hoy discontinuado Lavabit ) y utiliza dos contraseñas, una para ingresar al sitio y otra para descifrar la casilla del usuario. El CERN, cuya sede central está en Ginebra, Suiza, tiene una larga y fructífera relación con Internet; allí nació, por ejemplo, la Web, de la mano de Tim Berners-Lee.

Abrí mi cuenta en febrero y todo anduvo bien desde hasta principios de noviembre, cuando traté de ingresar al sitio y no obtuve sino mensajes de error. No lo sabía por entonces, pero detrás del ominoso silencio de ProtonMail se estaba desarrollando uno de los mayores ataques informáticos que haya experimentado Europa desde que existe Internet. Preocupado, le escribí a Andy Yen, científico del CERN y fundador del servicio. Nunca me contestó.
Lógico. Tenía cosas más importantes de las que ocuparse, junto con los otros 14 miembros de este pequeño emprendimiento que, sin embargo, fue objeto, primero, de una burda extorsión del tipo Paguen y detenemos el ataque , y luego, de un bombardeo tan grande y complejo que hace sospechar de un equipo solventado por una Nación Estado. Le pregunté estos días a Yen si sabían quiénes estaban detrás de la ofensiva, y me respondió: "No lo sabemos con certeza, pero en cuanto al segundo hacker, digamos que es altamente improbable que un solo individuo pueda lanzar un ataque como ese". En efecto, como se verá enseguida, el ataque tuvo dos fases, aunque al principio Yen y su equipo no lo sabían.

La misión de ProtonMail es permitirles comunicaciones seguras a activistas, fuentes, disidentes y periodistas. Mientras el primer ataque vino acompañado de un mail extorsivo, el segundo no reclamó ningún rescate y, simplemente, buscaba voltear el servicio el tiempo suficiente para volverlo irrelevante. De poco sirve un correo electrónico seguro, si no está online todo el tiempo. La escala del ataque, en mi opinión, es proporcional al valor que las comunicaciones privadas han cobrado en el mundo interconectado.
En una carta enviada a los usuarios, el equipo de ProtonMail relató en detalle cómo ocurrió este episodio y cómo el servicio resultó fortalecido por la experiencia. "Lo interesante -me escribió Yen en un mail anteayer- es que los ataques continúan, pero ahora no son capaces de hacernos ningún daño".
Según Yen, el sistema de encriptación (el corazón del servicio) no fue violado y los datos de los usuarios se mantuvieron seguros. Los ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS, por sus siglas en inglés), como el que sufrió ProtonMail, operan de una forma bastante brutal y no buscan robar información sino bloquear el acceso a un sitio, que desde afuera aparece caído. Sin entrar en detalles, inundan las rutas que conducen a la página de tal forma que el tráfico normal (es decir, nuestros intentos de llegar hasta la página) queda obturado.

En dos etapas "Poco antes de la medianoche (hora de Suiza, donde se hospeda el servicio) ProtonMail recibió un mail extorsivo de parte de un grupo de criminales responsables de una serie de ataques distribuidos de denegación de servicio que habían ocurrido en toda Suiza", narra un extenso informe publicado por ProtonMail. El grupo de criminales es el Colectivo Armada, del que Equipo de Respuesta a Emergencias Informáticas suizo ya había dado cuenta en septiembre .
Como es usual en esta clase de ilícito, al pedido de dinero en bitcoins a cambio de evitar una embestida de gran escala le siguió un botón de muestra, un ataque que noqueó el servicio durante 15 minutos. A las 11 de la mañana del día siguiente, ProtonMail, que no había pagado ningún rescate, volvió a quedar bajo fuego. El centro de datos y el proveedor de conexión empezaron a tomar medidas para contrarrestar la situación. "Pero en las siguientes horas el ataque alcanzó niveles de complejidad sin precedente", sigue el informe.
A las 2 de la tarde de ese día, atacaron directamente el centro de datos y el proveedor de conexión con bombardeos de 100 Gbps. Para darse una idea, harían falta más de 16.000 conexiones hogareñas promedio de la Argentina para sumar ese volumen de datos. El ataque tenía en ese momento tal escala que alcanzó también ruteadores en Frankfurt y Zurich, dejando en el proceso un tendal de otras compañías fuera de Internet, y en lugares tan apartados de Ginebra como Moscú, San Petersburgo y Estocolmo.

Contra su voluntad, bajo la presión de las víctimas colaterales del episodio, los responsables de ProtonMail pagaron el rescate. Para su asombro, la imparable catarata de bits que bloqueaban el acceso a ProtonMail no se detuvo. Es que ya se encontraban en la segunda fase del ataque, en la que un actor que no reclamaba dinero ni fama había aprovechado el golpe del Colectivo Armada para infiltrar sus propios misiles. "Se buscaba, no cabe duda, dejar sin privacidad en sus correos electrónicos a casi un millón de personas", asegura el mensaje que los usuarios del servicio encontramos en nuestras casillas el 11 de noviembre. Sólo 3 días antes, a las 3 de la mañana del domingo 8, habían conseguido recuperar el control de la situación. No lo lograron solos; la complejidad y la escala del ataque excedían por mucho la infraestructura y conocimiento de ProtonMail.

El gobierno suizo, ingenieros del proveedor del proveedor de conexión IP-Max, de Google y de la compañía Level3, además de voluntarios de docenas de otras empresas en Suiza cooperaron para restaurar el servicio. Sin fondos para enfrentar los costos derivados del ataque, lanzaron una campaña de crowdfunding que obtuvo 50.000 dólares en 3 días y que al cierre de esta edición había alcanzado más de 62.000. La suma final por defender el servicio de este ataque y asegurarse la protección durante los próximos 12 meses fue de 56.000 dólares.
El problema, como reconocen en GoFundMe al agradecer las 1762 donaciones que recibieron , es que a medida que aumente el número de usuarios de ProtonMail, más dinero costará mantenerlo seguro. Esto abre un interrogante acerca del modelo por seguir. Una posibilidad es realizar campañas de recaudación de fondos, como hace Wikipedia. Otra, cobrar por el servicio, algo que me parece que no está en la filosofía de Yen y su equipo. Alguien sugirió, en la página de GoFundMe, que ofrezcan servicios premium (direcciones personalizadas, más espacio de almacenamiento). Los avisos contextuales están fuera de discusión porque los mensajes están ocultos incluso para la gente de ProtonMail.

El interrogante sobre la sustentabilidad no es menor. Dando vuelta el tablero, queda claro que alguien hizo una inversión muy grande para arrasar con el esfuerzo de este grupo de científicos del CERN y, con eso, desalentar otras iniciativas por el estilo. La noticia, lo admito, me puso de un humor bastante pesimista. Le pedí a yen una reflexión sobre este punto en particular. Me escribió: "Creo que como ocurre con cualquier servicio, la clave son los usuarios. Si nuestra comunidad firme al soportar el proyecto, no hay desafío que no podamos vencer. Pienso que esto es lo que vimos durante el ataque. Claramente, estábamos enfrentando un adversario poderoso, pero nuestra comunidad es más fuerte y rápidamente recaudamos los fondos necesarios para la defensa (en menos de 3 días) y también se movilizaron muchos especialistas que vinieron a ayudarnos. Como resultado, derrotamos este enorme ataque en menos de 3 días.

"Mientras existan personas que soporte de manera firme el derecho a la privacidad online y nuestra comunidad se mantenga unida, entonces la voluntad de la gente prevalecerá. ProtonMail es más que simplemente un proyecto. Defendemos una idea, y es una idea poderosa que puede unir a las personas sin importar su raza, nacionalidad o partido político. Tendremos que enfrentar sin duda más desafíos, pero dada la fortaleza de nuestra comunidad, puedo decir con toda confianza que vamos a ser capaces de superarlos."
A. T.
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STAR WAR; LOCURA COLECTIVA....YA TENEMOS ENTRADAS ....JA JA
Star Wars: la gran ópera espacial
El culto a la saga más taquillera de todos los tiempos no tiene fin. Al contrario: con una nueva película, otras a futuro, personajes que regresan y dilemas familiares tan antiguos como la galaxia-padres ausentes, hijos no reconocidos-, el mito crece y los números también

Alto y corpulento, tiene el porte de un caballero inglés, pero la espalda está combada por el peso de los años. Es el secreto mejor guardado de la cultura popular de las últimas cuatro décadas: el hombre que puso el cuerpo a Darth Vader, el villano con estatura mítica de Star Wars. El cuerpo, no la voz, el rostro ni la destreza: a mediados de los 70, David Prowse era un fisicoculturista que probaba suerte como actor, una suerte que le era esquiva. Hasta que fue elegido para meterse dentro del terrorífico traje negro, la consumación de una fantasía sadomasoquista, con ojos de mosca, expresión de calavera y capa artúrica: el ancho de espada (láser) calzaba perfecto adentro del vinilo y resultaba intimidante, con sus dos metros de altura y 118 kilos. Por su muy marcado acento británico, la producción reemplazó su voz por la del enorme James Earl Jones, que puso ese tono metálico de mariscal con enfisema; por sus continuas rebeliones en el set de filmación, se cambió su rostro por el de Sebastian Shaw, otro actor más dócil; por sus torpezas de movimientos, en las escenas de combate se lo sustituyó con Bob Anderson, un hábil esgrimista.

Hoy, Prowse tiene ochenta años, se gana algunos dólares como atracción de feria en las convenciones de fanáticos, está peleado a muerte con la productora LucasFilms, que lo eliminó de la historia oficial, y es el protagonista de I Am Your Father, un documental que se presentó en la última edición del festival de cine fantástico de Sitges y que se propone la misión heroica: honrar la memoria del hombre detrás del personaje más amado y odiado de la galaxia. El padre de todas las batallas. En la interminable sucesión de acontecimientos que rodean el estreno -el 17 de este mes- de El despertar de la Fuerza, el séptimo episodio de la saga, el documental sobre Prowse se aprecia como revelador de un trauma porque esta mitología familiar que desvela a los niños eternos le da la espalda al hombre que tuvo el porte para inmortalizar una frase emocionante, tan freudiana como bíblica: "Yo soy tu padre".

Si matar al padre resume el deseo edípico inconsciente, ¿qué efecto tuvo sobre nosotros la muerte de Darth Vader, padre, héroe, villano y verdugo? Alumbrados por el fulgor de la ciencia-ficción, estamos criados bajo el imperio de una mitología galáctica que es mucho más que una serie de películas fantásticas: tal vez, el único fenómeno de la cultura popular que une en devoción a distintas generaciones. El eterno retorno de Star Wars, nunca del todo ida, pero siempre volviendo, nos sumerge en un estado letárgico de nostalgia (para la referencia autobiográfica, creo recordar que El regreso del Jedi fue la primera película que mi padre me llevó a ver al cine Los Angeles, yo aburrido por las intrigas palaciego-filiales, él fascinado acaso por lo mismo; pero el recuerdo tiene tanta certeza como esas anécdotas de sobremesa que se repiten mil veces, más inclinados hacia lo verosímil que lo verídico). "La sensación de nostalgia es casi apabullante", escribió el diario inglés The Guardian, en lo que podría ser un nuevo (micro) género periodístico: la crítica de trailers.

El primer avance de El despertar de la Fuerza, que se conoció el 19 de octubre, casi dos meses antes del estreno de la película, se convirtió en un fenómeno de masas: recibió 20 millones de visualizaciones en YouTube en sólo un día, saturó los sitios de venta de entradas y en Twitter alcanzó el récord universal porque al momento de su estreno se pasó de 350 tuits por minuto sobre el tema a 17.000: la conversación global se volvió monotemática. Lo seductor del trailer es que resulta mucho más cercano a la imaginería setentista de cartón pintado que a los mamotretos de animación digital de los años dos mil. Es eficaz en su apelación a la nostalgia, tan conmovedor como el descubrimiento fortuito de un videocasete donde grabamos unas viejas vacaciones. "Por todos esos planos de naves TIE, X-wings y del Millennium Falcon escurriéndose a través de cielos untados con láser, por el culto a Darth Vader y el nuevo protagonismo de Han Solo como vínculo con la trilogía original, parece que el director J.J. Abrams se remontara a los tempranos filmes de George Lucas en cada oportunidad", escribió el crítico británico Ben Child: "Pero El despertar de la Fuerza tiene su propio look: los nuevos Stormtroopers tienen una apariencia más brillante, suave y parecida a una iMac".
Ahí donde se haya dicho que Abrams es el heredero dilecto de Lucas o Steven Spielberg, los últimos directores estadounidenses que rodaron peliculones populares con interpretaciones míticas, en su primer acercamiento al culto galáctico les rinde tributo a sus mayores (para la memorabilia geek, también dirigió el regreso cinematográfico de Viaje a las estrellas: caso único de artista detrás de las dos sagas espaciales hegemónicas, irreconciliablemente enemistadas). "Me criaron para hacer una sola cosa", dice el soldado imperial Finn, que será el protagonista de la nueva película, en pleno conflicto interno que lo convertirá en héroe: "Pero no tengo nada por qué pelear". Los traumas infantiles son el motor dramático de todas las space operas (si no, que hable Luke Skywalker, al que revelan su identidad como hijo maldito durante una pelea de vida o muerte). "¿Quién eres?", le preguntan a la heroína Rey: "No soy nadie", responde ella.
El conflicto de personalidad anima la fábula infantil, la novela de iniciación o el drama adulto: si Star Wars no es original en su construcción narrativa alrededor del mito (sus temas son universales: el elegido, la dama en peligro, el viaje iniciático, el talismán), actualiza el complejo hamletiano con una pátina seductora de tecnología (¡robots que parecen iMacs!) que no se ubica en un espacio ni un tiempo determinados. ¿Dónde queda esa galaxia muy, muy lejana? ¿Los hechos que cuenta la saga ocurrieron antes o sucederán después de nuestro paso por este mundo? "Probablemente la generación más joven tenga muchas más posibilidades de haber oído hablar de Luke y Leia Skywalker que de Rómulo y Remo, con lo que mencionar todos los paralelismos puede ser enriquecedor", escribió la investigadora Susana Tosca, profesora de la Universidad de Copenhague, en el libro En torno al mito. En pleno furor galáctico, con los mandatos de la era del hiperconsumo (entradas anticipadas, estrenos maratónicos, merchandising omnipresente), que el padre lleve al hijo al cine. Y que la Fuerza lo acompañe.
El patriarca ausente
"¿Hemos llegado ya?", le pregunta el hijo al padre y eso no tendría nada de novedoso si el hijo no fuera Luke Skywalker, el padre no fuera Darth Vader y en vez de un auto no manejara una nave espacial. En su libro Darth Vader e hijo, el dibujante estadounidense Jeffrey Brown imaginó qué habría pasado si Vader hubiera ejercido la paternidad con responsabilidad y cómo sería su vínculo con un Luke de cuatro años. El cómic llegó a ser un best seller del diario The New York Times con chistes inocentones sobre la relación paterno-filial reinterpretada en clave intergaláctica: el niño juega al béisbol con un sable láser y el padre le repite que no piensa comprarle un peluche de Jar Jar Binks. Y aunque la historieta no integra de manera oficial el infinito universo expandido de la saga, ofrece una de sus más lúcidas interpretaciones: en el origen, Star Wars es una fábula familiar en la que se busca al padre, se lo encuentra y se lo niega. La parábola es tan potente que sale de la pantalla: en el documental I Am Your Father, el egomaníaco Prowse se asume como el patriarca ausente. "El documental es sencillamente un homenaje a mi trabajo, del que me siento muy orgulloso, y el reflejo de una injusticia", dijo durante el Festival de Sitges: "Pero sospecho que la situación nunca cambiará".

El enojo contra el actor que hizo de Darth Vader tiene motivos shakespearianos: George Lucas, el padre intelectual de la historia, cree que Prowse filtró a la prensa la noticia bomba de la muerte de su personaje, allá lejos y hace tiempo. Nunca se lo perdonó aunque Prowse insiste que de su boca no salió ni mu. Es que Vader, en presencia y más aún en ausencia, es el disparador del trauma (y la trama) sobre la que se construye un imperio: encima del hijo se proyecta la sombra ominosa de un padre cruel que usa un casco de estética nazi y estrangula con la mente. Lo poco que se sabe de la trama de El despertar de la Fuerza es que habrá un villano llamado Kylo Ren que está obsesionado con Darth Vader: en el trailer se puede ver que conserva como trofeo su vieja escafandra chamuscada, cruza de careta samurai y casco alemán de la época de la Segunda Guerra, con el alerón en vuelo sobre la nuca. Si el destino del dictador es que tenga una tumba sin nombre para evitar la peregrinación de los fanáticos, acá el tiranuelo deja un legado encarnado en su elemento típico: la máscara.

"La épica tiene reglas y Lucas cumplió con todas, incluyendo el sacrificio del semidiós y su ascenso final al cielo", escribió el crítico cultural español Rubén Díaz Caviedes: "Si se pregunta por qué Star Wars se convirtió pronto en la saga de películas más rentable de todos los tiempos, sepa que fue sencillamente por esto. Ni más, ni menos". En toda epopeya, los personajes son arquetípicos: los buenos son buenos y los malos, malos. En La guerra de las galaxias, El imperio contraataca y El regreso del Jedi, las tres primeras películas de la saga, la matriz del conflicto se asienta en ese hijo sin madre y con un padre lejano y odioso, criado por unos tíos bondadosos pero ajenos (tal vez el pronóstico más auspicioso para El despertar de la Fuerza es que promete recuperar aquel espíritu odiseico original y se olvida del traspié narrativo y estético que supusieron las tres precuelas que se estrenaron tres décadas más tarde). "El primer Darth Vader, el verdadero, no es, y nunca fue, una bola de traumas", concluye Díaz Caviedes: "Era un tullido, una amalgama de cicatrices. Alguien que ha vuelto de entre los muertos. El producto de una catástrofe física, no una psíquica. La víctima de quien se la infligió, que fueron los Jedi".
En su gesta personal y guerrera, Darth Vader es un padre con múltiples heridas que proyecta su elección moral (la maldad, si es que puede decirse que él eligió) sobre la descendencia: se pasa al Lado Oscuro y maldice a su heredero. Y así, Star Wars aborda un tema universal que, con el atractivo visual de las naves espaciales, los robots cromados o los trajes estrafalarios, actualiza un dilema familiar tan antiguo como la galaxia porque todos queremos a nuestros padres, pero a veces también los queremos matar.
Chicos para siempre

"El mito clásico es un producto patriarcal y aristocrático que ha llegado hasta nosotros ya purgado de sus aspectos más subversivos y contradictorios", escribió la profesora Tosca: "Los personajes de Star Wars están mucho más presentes en la memoria colectiva actual que por ejemplo los dioses y héroes griegos; de hecho se podría decir que estas películas refieren la actuación memorable y ejemplar de unos personajes extraordinarios en un tiempo prestigioso y lejano". Alrededor de estos mitos contemporáneos se construyen nuevos rituales y fetichismos, como ir a los estrenos disfrazados de soldados imperiales o comprar todos los juguetes que ofrezca el merchandising oficial, convirtiendo a los adultos en niños eternizados en una infancia de muñequitos articulados. Es que Star Wars nos confina a ser chicos para siempre, emocionados por el vuelo rasante del Millennium Falcon y empujados a la comprita que convierta el objeto común en reliquia mítica (yo confieso: en mi cocina conservo un vaso con tapa que replica la máscara de Darth Vader: de plástico negrísimo y pajita gruesa, lo uso como placer culposo cada vez que quiero tomar una gaseosa con hielo).
"La película es puro escapismo", responde George Lucas cada vez que le preguntan por el significado de su obra. Como todo creador dotado, se resiste a explicar lo que se esconde en el reverso de la trama: sin asumir que el escapismo puro es contrario a la aspiración mitológica, se aleja de la ciencia-ficción clásica que es más propensa a la alegoría política o distópica que a la tragedia familiar. Y eso es Star Wars, plagado de padres ausentes, hijos no reconocidos y hermanos desencontrados: una familia que habría hecho las delicias de Shakespeare si éste hubiera podido imaginar estrellas de la muerte más allá de castillos daneses o palacios italianos. Si el impulso dramático del culebrón tiene lo romántico como meta y lo familiar como obstáculo, en esta novelita galáctica, la ausencia/presencia del padre hace tambalear un imperio.
"La Fuerza es muy intensa en mi familia. Y mi padre la tiene. Yo la tengo. Mi hermana la tiene. Y tú también tienes ese poder": eso se escucha en uno de los avances de El despertar de la Fuerza, que regresará a los cines en plena Navidad. Entre paisajes desérticos de reminiscencias bíblicas, cielos de un rojo imposible y viajes astrales en búsqueda de un mesías, la saga de Star Wars ya llegó a un punto de madurez en que dialoga consigo misma: "Nada se interpondrá en nuestro camino, terminaré lo que empezaste", promete el archivillano Kylo Ren ante la máscara de Darth Vader. "Hay muchas historias sobre lo que pasó", dice la heroína Rey. "Es todo cierto", contesta Han Solo acompañado por el hirsuto Chewbacca, antes de enumerar lo sucedido.

Como en esas reuniones familiares donde las anécdotas se repiten en loop, La guerra de las galaxias vuelve a los cines para seguir (re) escribiendo su propio mito a través de una nueva batalla. Y no será la última (bueno, faltan por lo menos dos películas más). El mito es recursivo y ahí donde ya nos resulten ajenos Ulises, Zeus o Prometeo, la época nos habla de Vader y su hijo Luke, que en un viaje espacial no muy distinto al que cualquiera pudo haber hecho con su viejo a Mar del Plata, vuelve a pedir: "Papá, ¿me contás otra vez el cuento del caballero que se pasó al Lado Oscuro?"
1977
El 25 de mayo se estrena la obra inaugural de la saga de George Lucas
1980
Se lanza El Imperio contraataca, que luego se conocería como Episodio V
1983
Se estrena El retorno del jedi y se cierra la trilogía original
1999 - 2005
Se presenta la nueva trilogía centrada en los años previos a la anterior, como una precuela
2015
Llega El despertar de la Fuerza, escrita y dirigida por J. J. Abrams y séptima entrega de la saga
El futuro
Se estrenará en diciembre de 2016 Rogue One, desprendimiento (spin off) de la saga, que será protagonizada por Felicity Jones. En 2017 llegará Episodio VIII, dirigida por Rian Johnson. El estreno de Episodio IX, de Colin Trevorrow, será en 2019
Fotos: Corbis, AP y AFP. Foto de tapa: Asistente de producción, Agostina Curcio; Asistente de foto: Diego belauzarán. Agradecimientos: La 501st Legion (El Puño de Vader), una organización de fans que poseen "y orgullosamente visten" sus trajes de Stormtroopers y otros personajes Imperiales de Star Wars. participan en convenciones y en actividades benéficas. las actividades del grupo pueden verse en su fan page: www.facebook.com/501stArgentinaVillage Recoleta por la locación (Vicente López 2050).
N. A.
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¡¡¡ HAGAMO UN ASADO !!! ¡¡¡TOMEMO FERNÉ!!!
Fernet
Es la tercera bebida alcohólica de mayor consumo que conquistó desde Córdoba el país. El derrotero emotivo del jarabe medicinal en cuya evolución se cifran las claves del último siglo nacional. La polémica sobre su creación y la campaña de asociación de marca que lo llevó a la fama.

Ilustración de Ana Sanfelippo
Sabemos con certeza dos cosas sobre el fernet: que surgió en Europa y que surgió en algún momento durante la primera mitad del siglo XIX. Todo lo demás es un misterio. Su nacimiento es una incógnita, un mito, un punto oscuro de la pequeña historia lateral de las anécdotas geniales, narrado mil veces, de mil maneras distintas. Su fórmula varía, también, de marca en marca. La cantidad de hierbas, hongos y especias que se utilizan para la elaboración del fernet es más de treinta y menos que infinito. Algunos de ellos: manzanilla, áloe, mirra, ruibarbo, azafrán, codeína, remolacha, hoja de coca, ajenjo, laurel, naranja, menta, salvia. Todos estos ingredientes no son más que rumores salvo, quizá, por la manzanilla y el caramelo, los únicos dos que revelaron hace algunos años en un documental de Discovery, y que sólo por eso estoy dispuesto a reconocer.
Existe un texto que documenta los orígenes de la bebida. Fue publicado en 1902 por la editorial La Verdad y se llama "Historia del fernet".
Es inhallable, y sabemos de su existencia por el registro que hizo Facundo Di Génova en su excelente libro El barman científico (Siglo XXI, 2008). "El fernet -dice Di Génova- fue la bebida que más me costó rastrear. Durante mucho tiempo, busqué inútilmente en sótanos, bibliotecas y desvanes."
Es lógico que los orígenes del fernet sean oscuros, y su composición, un misterio. En un libro hermoso que se llama La invención de la Argentina , Nicolás Shumway habla de las "ficciones orientadoras", ideas que surgen con las naciones, que les dan sentido y dirección, que les otorgan un hado, una vocación, o que sirven de metáforas de su espíritu. "Las ficciones orientadoras de las naciones no pueden ser probadas -dice Shumway-, y en realidad suelen ser creaciones tan artificiales como ficciones literarias. Pero son necesarias para darles a los individuos un sentimiento de nación, comunidad, identidad colectiva y un destino común nacional."¿El fernet es eso? Mi hipótesis blanda es que un poco sí, a la manera medio caótica y desarticulada en que los argentinos contamos nuestras historias. Su color opaco, su olor fuerte y especiado, su sabor intolerablemente amargo, su textura áspera; éstas no son características físicas del fernet, sino cualidades emotivas. Un amigo cordobés, que además es antropólogo, me dijo: "Cortar una botella de plástico por la mitad para hacer fernet es una institución argentina, es una verdad espiritual de la nación, como que los porteños se sobrepsicoanalizan, como que la defensa de Boca te caga a patadas. Fijate en Facebook, hay gente que quiere que Bernardino Branca esté en el billete de 50 pesos. No es que están haciendo un chiste, no. Lo quieren en serio".
Me animaría a definir el fernet como una anécdota en los pliegues de la primera modernidad argentina. A principios del siglo XX, la intensa inmigración europea definió los contornos perennes del perfil cultural de la nación en el rosario que arman los eslabones del tango y la cumbia, el fútbol y el mundo del trabajo. Un líquido imperfecto, proletario, agresivo, con una historia de peregrinaje trasatlántico y una identidad multifacética.
Porque, piénsenlo bien, jamás vamos a terminar de saber qué es exactamente el fernet, una bebida que está siempre en tránsito, a mitad de camino. Entre Italia y la Argentina; entre un galpón transpirado y cuartetero de los confines de Córdoba capital y el bar más exclusivo en la hipersofisticada Nueva York; entre la infusión, el aguardiente, el jarabe para la tos, el aperitivo y el shot; una bebida que, como el diablo, transmigra todo el tiempo. "El fernet es oscuro, desagradable, vil, malvado", dice Logan, bartender y periodista gastronómico del portal MetroWize, de la ciudad de San Francisco, en California, una ciudad en la que la bebida italiana está muy de moda últimamente, y completa: "Un desafío que no todos pueden tolerar".

Sé que matarías por llamarte Dr. fernet
El origen del fernet, como pasa con todas las grandes cosas de la vida, es opaco. Hay muchas historias. Narraciones asépticas de alquimistas febriles que en una fría madrugada de mediados del siglo XIX combinan ingredientes, persiguiendo la fórmula de algo que todavía no saben qué es, pero que intuyen revelador: un líquido oscuro capaz de conjurar las propiedades de todas las hierbas del mundo. Porque, una cosa debe ser dicha, aún a pesar de perder, en cierta medida, el aspecto romántico del relato: el fernet nació como un remedio o un jarabe, y en sus orígenes fue más parecido a la Hepatalgina que a otra cosa.
Preferir una historia sobre el origen del fernet a otra no es realmente una variable del consumo, sino de la producción. En efecto, desde que el mercado argentino de la bebida se volvió tan competitivo -hace 10 años, no más-, las marcas han apelado al mito originario, la fábula bíblica del nacimiento del fernet, para distinguirse y construir su identidad. Se sabe: la tradición, lo genuino, la experiencia real de consumo que va más allá de la mera ingesta física de un producto durable, es el ABC del marketing moderno, y las marcas han apelado a esa certeza con fervor.

Pero, como en toda historia, en la constelación de relatos sobre la historia del fernet hay una guerra silenciosa por el sentido verdadero. Quien hegemoniza esa historia es, por supuesto, Fratelli Branca, la compañía milanesa más exitosa, que ubica el nacimiento del licor en 1845 y se lo atribuye a Bernardino Branca, un boticario italiano, y a su fiel ayudante, que ha pasado a la historia sin nombre de pila, aunque sí con su profesión: el Doctor Fernet. Esta historia es verosímil en un punto: la palabra "fernet", en realidad, no se usó para designar genéricamente a la bebida sino hasta mucho tiempo después, y hoy en día incluso es más bien su nombre de exportación. En Italia, de hecho, se le sigue diciendo "amaro" a la gama de bebidas a la que pertenece. Sobre esta historia se asienta todo el sentido del célebre claim: "Unico".
Sin embargo, no es la única historia. En las narraciones de sus competidores de alta gama, el buen don Bernardino es relegado hacia un lugar más piadoso y lateral, y todo el crédito se lo lleva el doctor, que, además, ni siquiera es italiano, sino suizo. Por otra parte, hay otra versión en la que fernet, en realidad, deriva de una voz lombarda (milanesa, para ser precisos) que hace alusión a la plancha de hierro al rojo vivo que se utilizaba en la elaboración de la bebida. "Fer" es hierro, "net" es limpio. Suena lógico. En este relato estamos en el año 1815, unos 30 años antes de la fundación de Fratelli Branca, y el negocio lo habría hecho un tal Ausano Ramazzotti, un distribuidor de bebidas freelance, corpulento y elegante, que recreó o mejoró la fórmula original con algunos ingredientes extra, incluyendo la cáscara de la rara variedad de naranja de la isla de Curaçao con la que se hace el trago azul del mismo nombre.

Me acuerdo de una vez que viaje a Córdoba con unos amigos. A la noche, encontramos un bar chiquito, pero con bastante circulación, y nos sentamos. Guiados por nobles sentimientos de autodestrucción y anhelando mimetizarnos con el ambiente, esas vacaciones decidimos tomar únicamente fernet, descubrir sus complejidades, integrarnos en lo que suponíamos era el carnaval de las mil formas de tomarlo. Promediando la noche, me acerqué hasta la barra para recargar el trago. A mi lado, un cordobés de tonada pronunciada, alto y flaco, gritó por sobre la música: "Un noventa dos diez". No supe si había entendido bien, pero automáticamente pensé en el romance tórrido e intempestivo entre Brenda y Dylan. Me resultó curioso, así que presté atención al barman, que se dio vuelta, preparó el trago y se lo alcanzó a mi circunstancial compañero. Era un simple y llano vaso de fernet con coca. Muy negro, transpirado, con una capa de densa espuma marrón que sobresalía por encima del vidrio. No me animé a preguntar, inhibido por lo que, entendía, era la vergüenza de no saber algo que debía ser elemental y por el escándalo de haber pedido -porteño, torpe e inexperto- simplemente "un fernet".
A mitad del vaso me paré y le fui a preguntar. "Che, ¿qué es un 90210?" El pibe levantó la vista, contuvo una sonrisa de autosuficiencia cordobesa y me dijo: "Noventa de fernet, diez de coca y dos hielos, amigo". O sea que así de enfermos y rudos son los cordobeses.
Córdoba es, como todo pedazo de tierra que no ve al mar, una extensión de terreno duro y impetuoso. Su capital es la segunda en población del país y, como tal, ha habilitado buena parte de los íconos culturales del ser nacional: los chistes zafados, el cuarteto y el fernet con Coca, entre ellos. Según la Cámara Argentina de Destiladores Licoristas, a diciembre de 2010, se vendieron más de 20 millones de litros de fernet en toda la Argentina, una cifra inapelable que ubica al amargo como la tercer bebida de mayor consumo en el país, detrás del vino y la cerveza.
El 30 por ciento de esa venta le corresponde a Córdoba capital, lo que le otorga el para nada despreciable título de la ciudad que más fernet per cápita consume en el mundo entero: casi siete millones de litros de fernet por año. Los cordobeses toman esta cifra como un orgullo y como una insignia, reconocida sin distinción de clase social ni nivel de escolarización, porque en Córdoba el fernet con Coca no es sólo una bebida sino una tecnología de la sociabilidad.
Viralizar el fernet
Ok, el cierre del párrafo anterior es la idea de todo el artículo; a saber, que el fernet es más que una bebida. Esto, que bien podría decirse de cualquiera de las otras grandes bebidas nacionales, en el caso del fernet funciona a niveles mucho más profundos y complejos. Tomemos, por ejemplo, el caso de otra de las grandes bebidas nacionales: el vino. Su consumo tiende a ser más masivo y a estar muy arraigado en la idiosincrasia argentina, su proceso de producción se encuentra altamente diversificado y tecnificado y la oferta de cepas, varietales, marcas y gamas tiende al infinito. A la vez, es, sin lugar a duda, una bebida global, producida y comercializada globalmente incluso al interior de las fronteras argentinas. Sí, es cierto, su mística folclórica es poderosa, pero su derrotero histórico y sentimental es menos sinuoso y, en la actualidad, se ha convertido en una bebida distinguida e hipertematizada por la moda de la vida gourmet.

De hecho, como ya mencionamos, cuando el fernet llegó a la Argentina era utilizado con fines medicinales combinado con agua, soda o vermú rojo. Y, en las postrimerías de la Década Infame, en 1941, Branca abrió su primera y única planta productora fuera de Italia, una construcción robusta de ladrillos en el corazón de Parque Patricios, con lo cual fácilmente podemos inferir que ya para esa época el mercado del fernet en la Argentina era considerable. A partir de entonces, el amargo tendrá 40 años de vida silenciosa, expandiéndose a lo largo y ancho del país. Fue recién a mediados de la década del 80, en la posapertura democrática, que nacería y se popularizaría en su mejor versión: mezclado con bebida cola.
Por otra parte, y no casualmente, éstos serán los años en que el cuarteto cordobés entraría en el proceso de modernización final en que adquiriría el perfil con que lo conocemos en la actualidad y que lo traería por primera vez a Buenos Aires. Como está documentado en el excelente libro del antropólogo Gustavo BlázquezMúsicos, mujeres y algo para tomar (Recovecos, 2008), fernet y cumbia fueron desde siempre una combinación imbatible, y no debería extrañarnos que, mientras Juan Carlos Jiménez Rufino, alias "la Mona", se separaba del Cuarteto de Oro y comenzaba su carrera solista para llevar la música cordobesa al siguiente nivel, en 1984, alguien, en otro barrio periférico de la capital mediterránea, estuviese mezclando por primera vez el licor amargo y la gaseosa.
En los 90, el fernet se expandió por el país casi como ninguna otra bebida y llegó de Córdoba a los barrios de Buenos Aires. El puntapié inicial estuvo dado por una campaña que lanzó la más popular marca de fernet hacia fines de los 80: Branca y Cola (N. de R.: este humilde cronista no pudo averiguar en qué año específicamente se lanzó la campaña, pero varios amigos publicistas coinciden, luego de varias pericias, que, por la iluminación, los colores y el estilo, está entre 1988 y el 1989). Era un afiche en el que se mostraba, en primer plano, la botella del amargo italiano y, más atrás, una botella de Coca-Cola a un costado y, al otro, un vaso espumante y transpirado que combinaba ambas bebidas. Abajo, el clásico claim: "Unico". Esta acción coordinada de las dos marcas desató la explosión, y es uno de los ejemplos más cabales de campañas que logran captar un consumo todavía incipiente en un lugar específico del país para popularizarlo e imponerlo en la vida cotidiana de los argentinos.
Los intentos de este humilde cronista por averiguar cómo habría funcionado el proceso fueron infructuosos; ¿las marcas habían impuesto la tendencia de mezclar fernet con Coca o habían captado algo que ya ocurría, de hecho, en el interior del país? Cada posición tiene sus defensores; tanto el movimiento arriba-abajo, según el cual el cóctel fue puramente una movida publicitaria que pegó, como la versión inversa, abajo-arriba: que surgió como un consumo de sectores populares que terminó siendo utilizado por Branca y Coca-Cola cuando ya estaba largamente divulgado por el país. Lo cierto es que es probable que el proceso real haya sido algo intermedio, una combinación entre ambas posiciones cuya diferencia fundamental es más de énfasis que de contenido.
Más allá de las especulaciones, la campaña fue un éxito. Hoy en día se usaría, aunque con un sentido mucho más fugaz, la palabra "viralizar". Sin embargo, hay que esperar hasta 1994 para ver la verdadera consolidación del fernet dentro del imaginario popular argentino. Hablo, por supuesto, de los versos inmortales: "Qué pasa / Qué pasa / Que no hay más fernet con Coca" que se encuentran en el disco Fondo Profundo de Vilma Palma e Vampiros. Esta hermosa canción que probablemente recuerde cualquier nacido en los 80 y más allá, alcanza para tematizar la masificación del fernet por esos años, que lo llevó de representar el 4% de la producción local de espirituosas, en 1988, a rondar el 30% al día de hoy.
El fin de la historia
De alguna manera la historia de la expansión del fernet allende las fronteras de Córdoba se da por la yuxtaposición compleja y parcialmente indescifrable de varios factores. La modernización de la música tropical del interior y su importación a Buenos Aires, la diversificación del mercado argentino de bebidas alcohólicas, una presencia centenaria en las mesas familiares del domingo, que se transformó en tradición, y una efectiva campaña publicitaria en el momento justo son, entre otros, los elementos que componen el mito imperialista del fernet. Un mito que, en el final del siglo XX, funciona como una inversión del flujo civilizatorio que un siglo antes había consolidado el Estado argentino: la mezcla, oscura y pendenciera, de licor italiano y gaseosa, se abrió paso desde la periferia hasta el centro y se impuso. Y con él, se impuso también una economía emocional del placer etílico que armonizó con el fin de época y reemplazó al champagne menemista por el fernet de la posconvertibilidad.

Hacia el 2000, año en que el Potro Rodrigo se mata en la autopista Buenos Aires-La Plata, el amargo italiano ya es un consumo reconocido y consolidado en ciudades como Tucumán, Mendoza o Buenos Aires, con un mercado en expansión que seguirá creciendo a niveles inéditos en los años que siguieron a la crisis. De hecho, a partir de 2001, la producción y comercialización del fernet vivió transformaciones intensas hasta afianzarse como uno de los fenómenos más llamativos en toda la región. Sólo en Buenos Aires, la venta de la bebida creció en un 115 por ciento entre el primer año del nuevo milenio y 2008, y llegó incluso a disputarle a Córdoba el primer lugar en el ranking de ciudades argentinas más ferneteras, con un 35 por ciento del consumo total, aunque distribuido entre más habitantes. Esto, que parece una transformación en los hábitos de consumo, es, en realidad, un cambio en las estructuras sentimentales de la Argentina.
En este contexto, nuevos actores comenzaron a intervenir, intentando disputar el liderazgo absoluto de Branca en un mercado que ronda los 300 millones de pesos de facturación anual. Un beneficio inestimable para quienes consumimos fernet con pasión y asiduidad, quienes, hoy por hoy, podemos encontrar en las góndolas una oferta hiperdiversificada y competitiva en un arco que va desde los alta gama Cinzano, de Cepas Argentinas (un fernet outdoor y cool), y Ramazzotti, de Pernod (que apela a la tradición más pura y dura), hasta los ya mezclados y tóxicos Fernandito VII o Chabona, pasando por los media-baja gama Lusera (Cepas Argentinas) o Capri (Pernod). Probarlos todos puede ser una empresa noble, aunque peligrosa, y por eso recomiendo a los sommeliers plebeyos del elixir nacional remitirse al muy buen artículo escrito por el propio Facundo Di Génova bajo el nombre de "InFernet" -se encuentra fácilmente googleando-, en donde, con precisión poética y una florida paleta de adjetivos, describe sabores y usos sociales de las catorce variedades y marcas que se pueden encontrar en las bateas del supermercado.

Pero volvamos a lo nuestro. En medio de este vórtice de renovación y competencia extrema (el nuevo capitalismo, mis amigos, es un deporte de alto riesgo), hay un fernet surgido en los últimos años que se destacó rápidamente en el mercado como un posible contendiente de cuidado para disputar la hegemonía del águila septentrional. Lleva en la etiqueta el año en que se fundó la empresa que lo produce - Porta Hermanos - y apareció con una campaña publicitaria heterodoxa, conceptual o bizarra, que llegó a todas partes del país vía YouTube antes de que el producto estuviese efectivamente en los supermercados. Estamos hablando, por supuesto, de 1882.
¿Cómo pelear en un mercado hiperconcentrado donde tu rival parecer significarlo todo? 1882 está genéticamente diseñado para ser todo lo contrario a lo que es Branca: un fernet sin tradición, pero que está a la vanguardia; un fernet sin arraigo milanés, pero con impronta cordobesa. Aún más: una marca sin producto, un fernet sin fernet, pero con conceptos. Las sorprendentes campañas de 1882 tienen algo de nuestra época. Vos estás viendo la televisión y atrás de la publicidad del yogur digestivo aparece un pequeño corto, de 14 segundos, con un colibrí que tira rayos por los ojos. Sobre el final, una botella de 1882 gira sobre su propio eje con sonido de sable láser. Otro: aparece en cámara, en primer plano, una pelada. De repente, se dibuja una carita feliz sobre la cabeza expuesta y se reproduce un recordado sonidito del ICQ. Al final, una botella de 1882 gira sobre su propio eje, con sonido de sable láser. Las publicidades del licor de Porta Hermanos son muy difíciles de narrar por una razón: no tienen sentido. Barthes se hubiese frotado las manos.
¿Qué tienen las campañas de 1882 que nos seducen tanto? Bueno, por empezar, no son campañas en un sentido tradicional, sino happenings televisivos, intervenciones sobre el discurso publicitario, historias autoconclusivas o sin conclusión posible, con una sofisticada estética retro o independiente o cuidadamente desalineada, que funcionan cada una con autonomía de las otras, porque, en rigor, no se está reconstruyendo ninguna historia y no hay nada que contar; es un producto sin historia y sin futuro, una experiencia instantánea. Lo que realmente hace 1882, finalmente, es desmitificar el fernet, oradar ese manto místico del ritual centenario, del secreto mejor guardado en la historia, de la magia tradicionalista y decimonónica, que es el patrimonio exclusivo de Branca, para transformarlo en otra cosa, una forma, un estilo, un momento. No sé si esto es bueno o es malo realmente, pero lo que sí pienso es que el sentido último de 1882 sería una campaña intrascendente, fugaz, experiencial, una intervención urbana delirante con globos con forma de delfín y la presencia de alguna olvidada estrella de la televisión argentina de los 70, a lo largo de la cual, en algún momento, se revele de una vez y para siempre la fórmula oculta de Fratelli Branca. Ese sería el fin.
El camino del heroe
Los datos de la distribución del mercado de fernet en la Argentina son inaccesibles. No los da Branca ni los da Porta Hermanos, al menos al cierre de esta edición, acaso preocupados los primeros por no admitir que el 1882 le sacó más porción de las ventas que las que estarían dispuestos a tolerar, acaso preocupados los segundos por no admitir que, aunque crecieron bastante, no crecieron lo suficiente como para cuestionar la hegemonía del águila. Hacia mediados de la década pasada, circa 2006, Branca ostentaba un porcentaje que variaba, según las crónicas de época, entre el 55 y el 65 por ciento del mercado total. Y, aunque mis amigos cordobeses me digan que allá el 1882 se impuso, de alguna manera u otra, todavía está lejos de haber ganado el paladar de los cultores del fernet en el resto del país, un proceso complicado y que le llevará tiempo.
Y, aunque por ahí de a ratos parezca que sí, el derrotero de una de las bebidas más argentinas del mundo todavía no está ni cerca de cerrarse. Durante los últimos años, de hecho, el fernet se puso muy de moda en algunas de las grandes urbes del mundo civilizado. Mientras que en Italia sigue consumiéndose de la manera tradicional, es decir, en pequeñas dosis, como aperitivo antes de las comidas o con el café, y en Buenos Aires algunos consumidores osados se animan a experimentar mezclas heterodoxas ( "1/3 de fernet, un chorrito de limón y 2/3 de gaseosa lima", me dijo un periodista gourmet), otras ciudades importantes, como Berlín o Nueva York, por ejemplo, ya ostentan un incipiente pero creciente consumo.
Sin embargo, el centro neurálgico del consumo trendy de fernet está en San Francisco, California, que se arroga el derecho de ser nombrada en los folletos turísticos como la segunda ciudad del mundo, detrás de Córdoba, con mayor consumo del aperitivo per cápita.
Allá el fernet no se toma con gaseosa, sino todo lo contrario: es lo que se llama "una bebida de bartenders", o sea, para iniciados. Se sirve puro, como un shot, y se lo acompaña con ginger ale, un refresco sin alcohol que se elabora con jengibre y limón, o se lo utiliza como ingrediente en toda una gama en expansión de cócteles experimentales y raros. Los testimonios abundan -el gran Sean Penn dijo que era "la mejor mierda que había probado nunca" -, y hay una serie de muy buenas crónicas en inglés de ésas que escriben los yanquis con muchísima pericia, que empiezan con un montón de gente diciendo que el fernet es horrible y terminan con una familia mirándose a los ojos y brindando con un shot por las cosas buenas de la vida. El gran camino del héroe, que no por estereotipado deja de ser conmovedor.
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CIENCIA ARGENTINA; CIENCIA APLICADA
Una joven argentina fue premiada por un desarrollo tecnológico para la formación de tejido óseo a partir de la seda de un gusano. Interesada en investigar en temas vinculados con la salud, siempre creyó en la importancia de proyectar lo alcanzado en el laboratorio a situaciones concretas, como resolver problemas que la población demanda y con un consecuente beneficio económico.

Estamos hablando de la Dra. en bioquímica y en biología de la salud, Valeria Bosio, quien mereció el premio MIT Thecnology Review a menores de 35 años. Becaria posdoctoral del Conicet, Bosio desarrolla su tarea en un importante laboratorio de nanobiomateriales de la Universidad Nacional de La Plata y –antes de su regreso a la Argentina- sumó experiencia en el Centro de Investigación en Ingeniería de Tejidos de Boston. La distinción le correspondió en el área de la biomedicina por el desarrollo de estructuras con seda de gusano Bombyx moi. Interesada en emular la estructura ósea, Valeria Bosio creó una matriz tridimensional compuesta por fibras de seda reforzadas con partículas nanoestructuradas de carbonato cálcico.
El proceso se detalla más abajo, pero sirva su empeño para buscar una tecnología que impedirá fracturas osteoporóticas –de cadera, por ejemplo-, especialmente en mujeres mayores a los 65 años. Queda claro que hallar tratamientos asequibles y eficaces es también de sumo interés para gobiernos e instituciones sanitarias en todo el mundo. Y entonces nos place la distinción a esta argentina que decidió volver al país para formar equipos y seguir investigando en una tecnología que promete.

Microprograma a cargo de Luis María Barassi
LA CIENCIA ARGENTINA EN LA VIDRIERA
Innovar parece ser la exigencia de nuestra época y hoy nos detendremos en una argentina reconocida en los EEUU. Su nombre es Valeria Bosio y –entre otros jóvenes menores de 35 años- recibió un premio internacional a la innovación. Fue otorgado por el prestigioso MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) en razón de un desarrollo tecnológico para la formación de tejido óseo a partir de la seda de un gusano. Bosio es becaria posdoctoral del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) en el Laboratorio de Nanobiomateriales del Centro de I+D en fermentaciones industriales (CINDEFI) en la Universidad Nacional de La Plata, su ciudad natal. Apasionada por el estudio y la investigación -y deseosa de encontrar soluciones a problemas de salud- nuestra invitada concretó dos doctorados: uno en bioquímica –en La Plata, argentina- y otro en biología de la salud, en la Universidad Nantes Angers Le Mans, en Francia. Luego, sumó una importante experiencia en el Centro de Investigación en Ingeniería de Tejidos de Boston.
Sin duda, esos antecedentes fueron capitales en su formación, la cual derivó en el premio MIT Thecnology Review a innovadores menores de 35 años. Para ser precisos, la distinción correspondió al área de la biomedicina, y más específicamente en ingeniería de tejidos por el desarrollo de estructuras con seda de gusano Bombyx mori. Interesada en emular la estructura ósea, Valeria Bosio creó una matriz tridimensional compuesta por fibras de esa seda reforzadas con diminutas partículas nanoestructuradas de carbonato cálcico. Bosio relató que sobre dichas fibras se siembran células madre de médula ósea que, al cabo de un tiempo, dan lugar a tejido óseo. Lo novedoso del diseño, es que no sólo imita la parte rígida de un hueso sino también su función, con lo cual permite el transporte de oxígeno y nutrientes. Entusiasmada, la joven doctora explicó que “las pruebas realizadas han dado buenos resultados en dimensiones grandes”, y así considera que “podría aplicarse para prevenir futuras fracturas generadas por osteoporosis, llegando a reemplazar al clásico implante de cadera”.
Bosio habló de dos etapas. La primera, en ejecución, consiste en construir matrices de seda enrolladas, más el estudio de la incorporación de las micropartículas nanoestructuradas, para aumentar su resistencia mecánica. La siguiente etapa será cargar dichas partículas con moléculas solubles capaces de estimular las funciones que regulan la producción de hueso. Bosio habló de citoquinas, de factores de crecimiento, de hormonas, de iones y de vitaminas”, capaces de “optimizar aún más el proceso de reconstrucción del tejido”. La científica argentina relató que “las intervenciones quirúrgicas y los insumos implican un gasto económico muy grande. En cambio la seda es biocompatible y de bajo costo, además de ofrecer mucha versatilidad en su manipulación”. Interrogada sobre el particular, Bosio contó que “la creación de partículas que refuerzan la matriz de proteínas de seda” se basó en un desarrollo previo propio, que ya cuenta con una patente. E insistió en que “el proyecto en curso comprende varias etapas, todas tendientes a optimizar el proceso de reconstrucción del tejido”. Hija de padre médico y de madre bióloga, la Dra. Bosio está entusiasmada porque está cumpliendo con un sueño: “Investigar para llevar un beneficio en el área de la salud a personas concretas”. Dijo también estar “satisfecha” porque entiende que “la tarea en el laboratorio tenga una continuidad en una tecnología capaz de resolver un problema que la población demanda y con un consecuente beneficio económico”.
De hecho, en los considerandos del premio se afirmó que la Dra. Bosio fue valorada por su orientación a la ciencia aplicada mediante la relación con el mercado. Y se añadió que ella es poseedora de los valores que requiere una ganadora de tal distinción: osadía, ambición, capacidad de ejecución e innovación”. Por último, destacamos el deseo de Valeria Bosio: investigar en la Argentina y conseguir –junto a otros colegas- soluciones a problemas concretos que padece un alto porcentaje de personas, en su mayoría mujeres, tanto en la Argentina como en la región y en el mundo. Así las cosas, es alentador su compromiso en el campo de los biomateriales: relativamente nuevo y de enorme potencialidad. Esto la estimula, y confiesa que siempre quiso lograr un desarrollo de este tipo. En la despedida, se preocupó por hablar del excelente futuro que le espera a “la ingeniería de tejidos sumada a la nanotecnología”. Tenerla trabajando en este campo es una garantía de que eso ocurra; y también, de seguir hablando de nuevos e importantes aportes.
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NUESTRA MENTE Y PERSONALIDAD

¿Se nace o se hace? ¿Genes o ambiente? Si las cualidades humanas son cultivadas durante la vida o escritas en nuestros genes como tinta indeleble, es hoy un tema ya viejo. Como lo dijo el prestigioso neurocientífico Gilbert Gottlieb, "no sólo los genes y el ambiente cooperan, sino que además los genes necesitan información del ambiente para trabajar correctamente".
Si bien tenemos nuestra única herencia genética y arrancamos nuestras vidas con diferentes temperamentos y aptitudes, hoy está claro que la experiencia y los esfuerzos personales son claves para quiénes y cómo seremos en la vida. No se trata de una habilidad previamente fijada, sino un compromiso con un claro propósito, con un sentido.
Durante años de investigación científica varios expertos han concluido, además, que aquello que vos creés de vos mismo afecta de manera profunda la forma en que llevás tu vida adelante. Tal creencia hasta podría determinar si serás esa persona que querés ser y si alcanzarás la mayoría de los objetivos que te propongas. Por el contrario, si creés que tus cualidades y aptitudes vienen de fábrica, tendrás urgencia en querer probarte todo el tiempo a vos mismo. Es decir, si creés que tenés una cantidad determinada de inteligencia, un cierto carácter, cierta personalidad, todas más o menos fijas, será mejor probarte que tenés una buena dosis, y sanas, de las mismas, para no parecer deficiente en la mayoría de estas características básicas de lo que somos.
Muchas personas pasan sus vidas probándose a sí mismas en sus carreras, en sus relaciones, en sus trabajos. Cada situación que atraviesan es una oportunidad para confirmar su inteligencia, su personalidad, su carácter. Cada situación es evaluarse: éxito o fracaso, piola o tonto, aceptado o rechazado, ganador o perdedor. Es decir, lograr algo se trata de (re)validarse a uno mismo y para la mayoría de estas personas el esfuerzo es algo bastante malo. Cuando este tipo de personas se someten -mientras se les mide nivel atencional en sus ondas eléctricas del cerebro- a un cuestionario de preguntas difíciles, y luego se les da una devolución sobre lo que contestaron, sólo prestan atención cuando se les dice si sus respuestas fueron correctas o incorrectas, pero no lo hacen cuando se les presenta la información que los podría ayudar a aprender algo nuevo. Mismo cuando contestaron mal, no les interesa aprender cuál era la respuesta correcta.
Si este mismo experimento se hace con personas que sí creen que pueden cambiar, aprender, mejorar, las ondas cerebrales que representan los niveles de atención son tan intensas cuando se les dice si fue o no correcta la respuesta como a la hora de escuchar la devolución. Además, estos últimos tienden a amar lo que hacen, incluso, durante momentos difíciles. Valoran mucho más lo que hacen independientemente del resultado. Entonces, tus rasgos heredados no son con lo que tenés que vivir. Esos rasgos son tu punto de partida. Tus cualidades básicas las podés cultivar a través del esfuerzo. El potencial cerebral que tenés es bastante desconocido; por lo tanto, es imposible prever o saber qué podés lograr con años de pasión, entrenamiento, compromiso y trabajo duro. Es decir, no hace falta que estés probándote a vos mismo cuán inteligente sos, cuando sabés que en realidad podés ser mejor en lo que hacés. Buscá gente que te desafíe y no aquellos que te sobreprotegen.
El éxito es hacer todo para mejorar y aprender, y el fracaso, una señal de alarma, algo informativo que te debería motivar a volver a intentarlo. Te invito a que creas que tu inteligencia se desarrolla si tu deseo es el de aprender, aceptando y enfrentando los desafíos y persistiendo durante los obstáculos que aparezcan. El esfuerzo es algo necesario para dominar alguna habilidad; las críticas, un lugar para seguir aprendiendo, y el éxito de los otros debería ser inspirador. Como resultado de todo esto tendrás más chances de grandes logros y cambios.
E.B.
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LOS MÁS MALOS DE STAR WARS
Esperando la llegada de Kylo Ren (¿y de Luke Skywalker?), hacemos un repaso con los mejores villanos de las películas

A menos dos días del estreno del nuevo episodio de Star Wars , rodeados por cientos de especulaciones y palabras del propio elenco, repasamos quiénes son los villanos más simbólicos de este universo.
1. Jabba The Hutt
Como un Don Corleone en el espacio, así es este personaje. Jabba es un monstruo que parece de mil toneladas, que regentea un aguantadero intergaláctico en el que se rodea de mujeres (¡pobre Leia!), con una orquesta a disposición para alegrar unas veladas que suelen terminar con alguna víctima a modo de aperitivo para un bichejo gigante que vive debajo de una puerta/trampa. Esa es la vida elegida por Jabba the Hutt, el villano más peligroso de las arenas de Tattoine, que tiene a sus propios delincuentes y cazarecompensas a disposición para sembrar el terror en la galaxia.
El personaje debutó en Episodio VI, causando un impacto tremendo y convirtiéndose automáticamente en otro personaje del que todos querían un muñequito. Pero en el relanzamiento de la saga en 1997, Lucas se dio el gusto de incorporarlo para Episodio IV, tal como había sido su plan original, mostrando la relación que ese villano mantenía con Han Solo.
2. El Emperador (Darth Sidious)
En sus comienzos, Palpatine era un político astuto, persuasivo y capaz de conquistar ideológicamente a cualquiera, y como si eso no fuera ya un poder en sí mismo, el personaje también ocultaba una segunda cara: el de Señor Oscuro de los Sith, encargado de conspirar para eliminar a los Jedi y convertirse en el Emperador de la galaxia.
Bajo su yugo, y con la ayuda de Darth Vader, Palpatine hizo lo que quiso hasta que fue derrotado (casi) para siempre por Luke y el propio Anakin. Darth Sidious es sin dudas el villano más imponente del universo fílmico de Star Wars, su maldad no conoce matices y para conseguir realizar su plan es capaz de ejecutar la maniobra que sea necesaria. Su fuerza también es una de los más grandes dentro de este mundo, ya que el poder lanzar rayos de sus manos lo ubica como un guerrero que ni siquiera necesita del sable laser para entrar en combate.
3. Boba Fett
Acá va otro ejemplo de lo rico que fue siempre el universo de George Lucas y su trilogía original, al punto de que cualquier personaje que apareciera pocos minutos, bien podía convertirse en uno de los favoritos y causar a su alrededor un culto impensado a priori. Bobba Fett aparece brevemente en El Imperio Contrataca, y muchos lo suponían uno de los grandes villanos de la sexta entrega. Pero en El Retorno del Jedi, si bien Fett aparece más tiempo, muere a poco de comenzar la película, dejando a los fans con muchísimas ganas de saber más acerca de ese personaje (ganas que se sacaron con las novelas y las historietas, donde se habló mucho más de este cazarecompensas, aparte del papel que su padre, Jango Fett, tiene en las precuelas). Con su nave en forma de poste de luz, Fett es otro de los grandes villanos de esta saga.
4. Grand Moff Tarkin
Duró solo una película, pero dejó una huella imborrable. En la Star Wars original, la de 1977, Moff Tarkin era la mano derecha de Darth Vader, villano central de la película. De toda la legión de súbditos de Lord Vader, Tarkin parecía ser el único en gozar del respeto de su superior, siendo una de las autoridades más importantes dentro del Imperio Galáctico. Interpretado por el gran Peter Cushing (que venía de dar cátedra en la Hammer, la celebrada productora de terror inglés), el actor le dio a Tarkin la elegancia que ese villano necesitaba. Siendo un hombre despojado de poderes especiales, la grandeza de Tarkin provenía de su capacidad estratégica y su absoluta sed de poder.
5. Darth Vader
Ante todo hay que decir que Vader entra en el rol de villano, pero que comienza y termina siendo un héroe. Los que fuimos niños en los ochenta, entendemos el aura de miedo que emanaba ese casco negro, esa respiración a todo volumen y, por sobre todas las cosas, el famoso "grip", la capacidad de ahorcar a distancia. Vader es un villano elegante, señorial, incapaz de demostrar miedo ni humanidad (hasta Episodio VI, desde luego). Hitchcock decía que una película era tan buena como su villano y con la creación de Vader, Lucas alcanzó su pico creativo, construyendo un personaje complejo con el encanto de los clásicos y dándole vida a uno de los íconos culturales más importantes del siglo XX. Vader nunca dejará de estar de moda y enamorará a todas las personas que entren en contacto con este personaje y su universo.
6. ¡Greedo!
No hay mucho para decir de este villano que duró solo una escena, pero que sirvió para generar la mayor de las discusiones alrededor del universo Star Wars, y centrada en quién disparó primero: ¿Han o Greedo?
De yapa: un villano al que intentan esconder
Quizá uno de los villanos más terribles de esta emblemática historia es un concepto malvado que causó más daño que cuarenta estrellas de la muerte juntas. ¿Cuál es? El especial televisivo. En noviembre de 1978, Fox produjo un capítulo para la televisión de La Guerra de las Galaxias que resultó ser un verdadero fiasco (aunque hoy sea celebrado como pieza de culto). Una trama abominable, números musicales al borde del surrealismo, pasos de comedia que lastiman y unos efectos especiales olvidables hacen de este especial, uno de los eventos que más daño causó dentro del universo Star Wars.
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IDENTIDAD CULTURAL
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TODOS SOMOS RESPONSABLES.....CAMBIAR Y ¡¡¡YA!!!
La cumbre que acaba de terminar en París cierra un ciclo iniciado hace 23 años
Las cumbres de cambio climático que organiza la ONU desde hace más de dos décadas, y en particular ésta de París que acaba de terminar, son escenario de una especie de reunión de consorcio mundial donde ponerse de acuerdo parece por momentos del orden del azar, lo religioso o lo trascendental. Además, una vez conseguidos los compromisos, también son dados a las más diversas interpretaciones.
Para resumir esas posiciones, aquí se las sintetizará en tres grandes grupos. El planteo positivo, el negativo y una especie de tercera posición (siempre existe el equidistante, o que pretende serlo, grieta más, grieta menos), que resume el largo camino desde aquella fundacional conferencia de Río de Janeiro en 1992 hasta la que se cerró ayer en esta ciudad (aunque continuará en Marrakech, Marruecos, en diciembre de 2016). Interpretaciones para todos los gustos.
El lado pesimista
Las cumbres siempre son un fracaso y, además, un fracaso oneroso. Son miles de funcionarios, miembros de ONG, empresarios y periodistas que viajan por todo el mundo, además en aviones que generan toneladas de dióxido de carbono y empeoran el cambio climático. En París, por ejemplo, hubo más de 40.000 acreditados y la primera impresión que generó fue la de un enorme circo, mezcla de feria y foro de negocios. Además, no se viaja solamente una vez por año: hay reuniones preparatorias, que pueden ser en Bonn o Nueva York, por poner los ejemplos de este 2015. En estos veintipico de años estas miles de personas anduvieron por Varsovia, Cancún, Lima, Durban, Bali, Copenhague y dos veces Buenos Aires (aunque pocos lo recuerdan). Todo eso genera una casta singular que además se maneja con una jerga casi inaccesible para el resto de los mortales.

Eso no sería nada si no fuera porque, según los análisis científicos de las reducciones en emisiones de gases de efecto invernadero prometidas de manera unilateral por cada país (INDC, la novedad de esta COP21), la temperatura igual aumentaría 2,7°C sobre final del siglo, lo que sería catastrófico para la biodiversidad, la provisión de agua para consumo y producción, la economía y tantas otras actividades humanas. El límite total de riesgo es 2°C respecto de la situación preindustrial; es más, muchos querrían que no se llegara siquiera a ese número, que liquidaría el ya escaso potencial agrícola de muchas zonas de África e inundaría a varias islas del Pacífico (y posiblemente al Río de la Plata), por citar los casos más extremos de un colapso que, como todos, afectaría más a países pobres y a los más pobres dentro de los países ricos.
Pero lo cierto es que la posición de los países petroleros y el fuerte lobby de los empresarios afectados parece haber tenido su éxito. Y, además, todavía existen muchas "cabezas carbonadas", como señaló por aquí una colega argentina: "¿Realmente no va a haber más nafta, más petróleo? Es imposible: ¿y el auto, y la luz para Internet?"

Mientras tanto la temperatura sigue en aumento y nuevamente 2015 será el período de doce meses más caliente del que se tenga registro (es decir, unos doscientos años). Y el período 2011-2015, el lustro récord en idéntico sentido.
Está bastante claro que reemplazar enteramente la estructura industrial productiva, no de un país, no de un bloque comercial, sino del planeta todo resulta un negocio fabuloso que algunos ya advirtieron, como Bill Gates (Microsoft), Mark Zuckerberg (Facebook) y Richard Branson (Virgin), que anunciaron megainversiones. Algo que además les da cierta pátina de salvadores del mundo. Negocios y relaciones públicas: la mezcla perfecta. ¿Eso implica que el cambio climático es mentira? Desde luego que no, pero lo que advirtieron hace ya algunos años (y ahora se evidencia) los miembros de la Secretaría de Cambio Climático de la ONU es que es imprescindible que al capital le convenga esto; si no, se va todo al tacho, por decirlo con un academicismo.
En el tratado de París iba a haber una mención al derecho de los pueblos indígenas que fue removida a pedido de Estados Unidos. "La delegación de Obama llevó a otros Estados hacia una estrategia que permite que las grandes petroleras contaminen comunidades y amenacen la vida de las comunidades indígenas. Esta COP21 lleva a masivas violaciones de los derechos humanos", dijo Cindy Wiesner, de la Grassroots Global Justice Alliance. Por último, aquí se habló mucho del fracking, pero nada de eso quedó en el texto final. Y así con muchos temas tratados en las sesiones plenarias y en los eventos paralelos que no se reflejan en el texto final acordado. Un gran esfuerzo en vano.

El lado optimista
Se avanzó, y mucho, en varios aspectos en todos estos años. Ya nadie duda de que existe el cambio climático generado por la actividad humana industrial y de que hay que hacer algo (o más) al respecto, lo que constituye un enorme paso adelante. Los informes científicos son cada vez más certeros en ese y otros sentidos.
Se ha progresado tanto en estas 21 cumbres que hasta países petroleros como Arabia Saudita tienen que buscar trampas retóricas para cuidar sus intereses (y, por otra parte, ¡ya han invertido millones en energías renovables!). O como Venezuela, que pese a cierta reticencia a acompañar al concierto de naciones capitalistas, también señaló que los acuerdos son imprescindibles. Estados Unidos, que desconfía casi por genética de las cumbres multipolares (prefiere la bilateralidad), después de las administraciones negacionistas de los Bush y tras Katrina, con Obama ha reconocido y empujado el tratado bajo el paraguas de la ONU. También la Unión Europea, que se carga con buena parte de los 100.000 millones de dólares anuales (todo un número) con que contará el Fondo Verde para que otros países se adapten a las nuevas condiciones climáticas. Del mismo modo resultan conmovedores y estimulantes los esfuerzos unilaterales de países y ciudades sueltas alrededor del mundo, como Costa Rica y Bogotá o Curitiba, o la incipiente Red Argentina de Municipios frente el Cambio Climático, que se han enfocado en el tema con fuerza, más allá de los resultados concretos de las "cumbres".
Ahora, el tema no sólo es cuestión de científicos y políticos, sino que también la sociedad y los empresarios han advertido que no tiene sentido invertir en energías que ya son -por abrumador consenso- propias del pasado. El esfuerzo de tratar de mover la economía a través de energías menos sucias incluso ya da sus frutos. Este año por primera vez bajaron las emisiones contaminantes (un 0,6%), pese al crecimiento de la economía global (alrededor del 3%). ¿La explicación? China está en proceso de quemar menos carbón y eso es todo un dato para el país de los 1400 millones de habitantes. La India, otro megacontaminador, también ha dado señales claras en Francia de un compromiso muy fuerte.
Las cumbres además son caja de resonancia de muchos temas ambientales que, aunque no sean tenidos en cuenta en la letra de los tratados, generan masa crítica y legitimidad para tomar decisiones que favorezcan la mejora de situaciones particulares, como pasó aquí con el fracking.
Finalmente, pero la lista seguiría, la gran novedad del último ciclo de negociaciones, los INDC presentados durante todo este 2015 implica que cada país se tomó en serio la necesidad de reducir emisiones. Fueron 186 de los 196 que forman parte de la convención y representan algo así como el 96% de las emisiones contaminantes. Y, aunque la acción comienza oficialmente en 2020, todos toman medidas preventivas.
La tercera posición
Entonces, con avances y retrocesos, posiblemente de un modo más lento que lo que la situación requiere y los científicos piden, este largo (larguísimo) proceso de negociaciones marca un hito y es lo más parecido que haya habido nunca a un gobierno mundial.
"Éste es el final de la tercera ola de negociaciones", dice Alden Meyer, director ejecutivo de la Union of Concerned Scientists ("científicos comprometidos") de Estados Unidos. "El progreso no es claro ni todo lo directo que debería dada la información científica disponible, pero es progreso al fin", añade. Para Martin Kaiser, líder global de Greenpeace para políticas del clima, "París envía una señal de que la era de los combustibles fósiles ha terminado".
Entonces, ¿qué pasará de aquí en adelante? "Habrá que revisar y verificar las reducciones en emisiones de los países, pero tenemos una buena base para trabajar los próximos 15 años", dice el subsecretario general de la ONU, Magdy Martínez Solimán. "Ahora se viene la implementación de esas contribuciones nacionales, el llamado camino a Marrakech. Es un esfuerzo importante porque los recursos no están o llegan a cuentagotas, pero vamos en el sentido correcto", agregó.
M. D. I.
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ESPECTÁCULO RECOMENDADO
Dino Saluzzi Ensamble en el centro cultural Konex /Músicos: Félix Saluzzi (saxo y clarinete); José María Saluzzi (guitarras); Matías Saluzzi (bajo eléctrico) y Jorge Savelón (percusión).

Viene de conquistar el máximo galardón otorgado por un jurado integrado por 20 comunicadores y músicos: el Konex de Brillante. Desde hace tiempo, Dino Saluzzi merecía este premio por su admirable talento como creador e intérprete; por la originalidad de su inventiva y por su ejemplar trayectoria ética. Tres virtudes que le permiten escapar de todo convencional encasillamiento artístico o estético.
La música que crea y cultiva Saluzzi es un arco iris en el que refulgen, entre magistrales coloridos y texturas, el folklore, el tango, el jazz y las diversas corrientes de la música clásica. Son momentos de sortilegio que anuncian sorpresas para oídos no cultivados, porque llegan envueltos en raptos de la más excelsa música de nuestro tiempo. Saluzzi lo resume, al hablarle despacito a un auditorio atento y atrapado, y al definir estos prodigios simplemente como "música de cámara", que empezó siendo la clásica, ejecutada por reducidos conjuntos en las salas de los palacios.
Jamás podría Dino Saluzzi figurar en ninguna lista entre los exitosos vendedores de discos. Sería un desatino juzgar su trayectoria por la cantidad. Lo valioso en el arte es la calidad, y más, la excelencia.
Todo es silencio en este anochecer en que el Dino Saluzzi Ensamble se presenta a modo de rúbrica en el reconocimiento del propio Centro Cultural Konex, que le otorgó su máximo galardón, para ofrecer unas pocas obras de su último disco, El valle de la infancia, junto a su ensamble, con los que desde 1991 viene realizando grabaciones y giras internacionales.
Ninguna composición se anuncia en el programa de mano, y Dino apenas esboza lo que tocará, dejándonos un mensaje que reivindica la música interior y auténtica, la música hecha con amor, en serio. Quizá sea mejor dejarse llevar por estas introspecciones o estos oleajes de un quinteto familiar, presidido por el bandoneón, e integrado otra vez por miembros de su familia.
Hay un paisaje sonoro que empiezan pintando los arpegios de la guitarra, cuyas notas se van asentando sobre atmósferas armónicas que sugieren lejanías de puna, y que, al crecer, resuenan como un augusto himno ancestral y cósmico. Música circular, enigmática, alucinante, sugerente, entre sutilezas exquisitas y escasos estallidos de ritmo, ya hundidos en el folklore más profundo, ya desenvueltos entre la música ciudadana, la rioplatense y el carácter improvisador del jazz.
Bastan levísimos trazos del saxo o del clarinete, a modo de diálogo con el bandoneón, para crear suspensos o soltar insospechadas amarras. Bastan ligeras líneas melódicas de la guitarra para que el fuelle emprenda nuevos vuelos hacia las altas cumbres de su sangre salteña. Ni el bajo ni la percusión cobran protagonismo. Todo está integrado a cadencias de música andina, de alguna conocida zamba, de alusiones prodigiosas a modo de refinadísima chacarera, o a un conjetural sincretismo: una suerte de baión con candombe. Aquí la minuciosa sincronización se da la mano con la más inopinada improvisación. Y al final es una nueva fiesta de la creatividad de un genio.
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HISTORIAS DE VIDA....

El taller de bombones artesanales y masitas navideñas está a punto de comenzar. Todos -sin excepción- lucen delantal blanco, barbijo y cofia. En esta cocina abundan ingredientes de todo tipo: manteca, harina, azúcar y, entre ellos, también se esconden dos condimentos que no se ven pero se perciben fácilmente: la concentración y el entusiasmo. Rodeada de chocolates, cacerolas, palos de amasar y 10 jóvenes con discapacidad intelectual, Fabiana Lingeri cuenta que estos chicos conquistaron su alma y le hicieron descubrir un mundo nuevo que hoy ocupa prácticamente la mayor parte de su día.

Fabiana es terapista ocupacional y trabajó varios años en un centro de formación laboral para personas con discapacidad. Allí se dio cuenta de algo que le dolió: los chicos egresaban preparados para trabajar pero no encontraban un lugar donde emplearse y poner en práctica lo aprendido. Ella no pudo mirar para otro lado ni dejarse ganar por la indiferencia.
"Claudia, una de mis alumnas, fue la que me inspiró. La observaba trabajar de manera excelente porque es muy prolija, ordenada y con buena capacidad para delegar tareas. No podía creer que, al egresar del centro de formación laboral, se quedara en su casa sin hacer nada", recuerda Fabiana mientras ayuda a uno de los jóvenes a decorar galletitas en forma de estrellas, árboles navideños y corazones.
En 2012 empezó a dar los primeros pasos para crear la asociación civil Generación de Cambios, que actualmente brinda oportunidades de trabajo a personas con discapacidad intelectual dentro de un ambiente saludable con la certeza de que el trabajo es uno de los pilares fundamentales para la inclusión, el reconocimiento y la valoración de las habilidades.
Las ganas de inaugurar una panadería integrada por estos jóvenes sobraban. Lo que faltaba era el espacio. "Empezamos en la cocina de mi casa", relata Fabiana, quien además logró que una amiga chef la orientara en el rubro gastronómico. Las recetas de su amiga fueron éxito y hoy ya reciben varios encargos de empresas y particulares que quieren comprar los bombones y masitas dulces que los chicos preparan con sus propias manos en la cocina que consiguieron alquilar en Villa Adelina y a la que asisten cuatro días a la semana.

"Los chicos tienen unas capacidades impresionantes. Se nota a simple vista y al probar cualquiera de las cosas ricas que hacen", asegura Fabiana. Así lo demuestra Alejandra Ferrer, una de las jóvenes con discapacidad intelectual que trabaja en el taller. Sin dejar de amasar, ella confiesa: "Acá aprendí muchas cosas. Con mis compañeros nos llevamos muy bien y colaboramos entre nosotros. Ganamos un sueldo y eso me sirve para ayudar a mi mamá a pagar los impuestos de la casa".
Alejandra y sus compañeros se sienten felices -dicen- de pertenecer a esta organización, por los cambios positivos que experimentan. "Notamos que logran mayor independencia, incorporan rutinas de trabajo, mejora la socialización y la autonomía y aprenden a trabajar en equipo", explica Fabiana, que coordina el taller voluntariamente.
La pasión que siente por esta causa contagió a otros siete voluntarios que hoy integran Generación de Cambios. Entre ellos se encuentra Clara Capozzi, que expresa: "Cada vez que salgo del taller me voy emocionada. Ojalá podamos conseguir otro espacio más grande para duplicar la cantidad de chicos que están esperando para ingresar y también fabricar nuevos productos de panadería".
Además de un lugar propio, necesitan un asesor gastronómico y/o supervisor de producción con formación en gastronomía o terapia ocupacional, alimentos y equipamiento de panadería y voluntarios. Los interesados en colaborar pueden comunicarse por mail a asoc.generaciondecambios@gmail.com o por teléfono al (011) 154-050-2888.
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LA REVOLUCIÓN DE LA FÉMINA POR EL DR. RICARDO "EL MORDAZ"
LA HABITACIÓN DE EMPAPELADO AMARILLO
La “histeria” de Charlotte
La consulta médica ha terminado y la joven Charlotte regresa angustiada a su hogar, se siente más sola y abandonada que nunca después de las indicaciones recibidas. Silas Weir Mitchell, el prestigioso médico que la atendió en su consultorio de Filadelfia, es reconocido por sus teorías sobre el tratamiento de la histeria y la neurastenia femenina, que se suelen presentar al término del embarazo y que hoy se conocen como depresión posparto.

Silas Weir Mitchell
Charlotte Perkins Gilman tenía entonces 27 años y, desde el nacimiento de su hija dos años atrás, había caído en un estado de tristeza, apatía y profunda falta de energía y desinterés por el mundo que la rodeaba. Actualmente, cualquier psiquiatra diagnosticaría depresión desencadenada por el embarazo, cuadro que como tantos otros, es de oscura etiología y se trata con antidepresivos y terapia cognitiva conductual. Sin embargo, en los tiempos de la sociedad victoriana del Dr. Mitchell, donde la mujer era un ser desvalorizado y se consideraba que todos sus males provenían del útero, una afección como la de Charlotte era una típica histeria.
Las prescripciones del Dr. Mitchell a la angustiada paciente eran acordes con el relegamiento a que se hallaba sometida la mujer en el siglo XIX. Le indicó cura de reposo en cama mientras le advirtió con el tono solemne que caracteriza a los especialistas cuya fama los volvió presuntuosos y narcisistas: “lleve la vida más doméstica posible, dedique solo dos horas al día para pensar y jamás se le ocurra tomar un lápiz o una pluma para escribir”. Charlotte no fue una excepción. Esto era lo que se recetaba a las mujeres en esa época, cuando se creía que usar mucho el cerebro debilitaría su órgano principal, el útero.
Pero tanto el Dr. Mitchell como Charles Walter Stetson, el esposo de Charlotte, desconocían su capacidad de resiliencia, esa condición que poseen algunas personas para sobreponerse a situaciones de extrema adversidad donde otros sucumben. Poseía un temple que ya se evidenció desde la infancia cuando aprendió a leer y escribir por sí misma en un mundo donde la mayoría de las mujeres eran analfabetas. Su padre abandonó a la familia cuando ella era una niña, dejándolos en extrema pobreza. Sin embargo, Charlotte se las arreglaba para visitar la biblioteca pública de la ciudad de Hartford en Connecticut y devorar tratados de diversas disciplinas. Más tarde se ganó la vida dibujando tarjetas comerciales y como maestra de arte a pequeños grupos de alumnos.
De la emancipación a la lucha por los derechos femeninos

Charlotte Perkins Gilman (1860-1935)
Una personalidad tan inquieta, con múltiples intereses y de fuerte carácter, distaba de ser la paciente ideal que pretendían su marido y el Dr. Mitchel. Al cabo de pocos meses de reclusión, que le inspiraron el argumento de su famoso cuento “El empapelado amarillo”, Charlotte tomó decisiones cruciales violando los códigos y las convenciones de su época. Con buen criterio determinó que el tratamiento del Dr. Mitchell la convertiría en una piltrafa humana y decidió abandonarlo. Esto exigía también otras determinaciones drásticas para poder emanciparse y transformarse en un ser libre y en 1888 se separó de su esposo, una verdadera transgresión para aquellos tiempos.
Se trasladó con su hija Katharine de 3 años hacia la costa oeste de los Estados Unidos, en Pasadena, California. El sufrimiento que le causó la reclusión a la que fue sometida y el estado de inferioridad social en que se hallaban las mujeres fueron estímulos que la transformaron en una activa feminista. Formó parte de numerosas organizaciones reformistas que luchaban para la emancipación de la mujer y para una de esas instituciones redactó un boletín.
La actividad social y política de Charlotte se hizo incompatible con un adecuado cuidado para su hija y decidió mandarla con su ex esposo, quien estaba casado con una mujer que afortunadamente le brindó la atención y el cariño que Charlotte no podía ofrecerle. En 1893 se contactó con su primo George Houghton Gilman, con el cual se casó siete años después. Fueron tiempos de felicidad incrementados por el prestigio que le aportó su lucha por las mujeres, que se volcó en la redacción de artículos, conferencias en su país y en el Reino Unido y la producción de novelas. Se la considera como una de las principales referentes de los movimientos feministas.
Entre sus escritos se destacan varios tratados sobre economía y la mujer, que tuvieron gran difusión, pero su obra más popular es un cuento, “El empapelado amarillo” (The yellow wallpaper).
El empapelado amarillo

El Empapelado amarillo, es un best seller y un relato imprescindible para quienes luchan por los principios del feminismo. Está basado sobre la propia experiencia de Charlotte y se refiere a una mujer mentalmente trastornada después de tres meses de estar confinada en una habitación. En el cuento, es el marido, quien también es médico, el causante de su encierro. Se le prohíbe leer, escribir y hacer todo tipo de actividad que involucre estímulo físico o mental. Ella pasa los días obsesionada hasta límites insospechados con el empapelado amarillo de la habitación. El cuento es un manifiesto para que la sociedad de le época cambie sus prejuicios sobre la situación de la mujer y resalta el efecto deletéreo que le produce la falta de autonomía.
Últimos años
En 1932 Charlotte recibió el diagnóstico de que padecía un cáncer de mama incurable. Dos años después su segundo esposo, a quien amaba profundamente, falleció de una hemorragia cerebral. Charlotte tenía entonces 75 años y consideró que su vida estaba cumplida. El 17 de agosto de 1935 tomó una sobredosis de cloroformo y murió pacíficamente. Dejó la siguiente nota: “Cuando uno dejó de ser útil, cuando la muerte es inminente e inevitable, uno de los más simples derechos humanos es elegir una muerte fácil y rápida, en lugar de otra lenta y horrible”.
Biography. Charlotte Perkins Gilman. Bio. http://www.biography.com/people/charlotte-perkins-gilman-9311669
Pat Harrison. The Evolution of Charlotte Perkins Gilman. Radcliffe Magazine. https://www.radcliffe.harvard.edu/news/radcliffe-magazine/evolution-charlotte-perkins-gilman
Gilman Charlotte Anna Perkins. Encyclopaedia Britannica. Tomo 5, pag 269. Chicago 1995.
Charlotte Perkins Gilman. El tapiz Amarillo. Siglo XXI
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